9 - Si...

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Can

No es fácil mantener la fe en el propósito tomado desde el primer día aquí en Londres, no es fácil no pensar en quién he dejado atrás.
Las imágenes de ella vuelven a mi mente en los momentos más inesperados, tanto en sueños como en las reuniones de trabajo con la agencia.
Dondequiera que mire hay algo que por alguna razón me recuerda a ella, su alegría de vivir, sus sonrisas, su mirada cariñosa hacia mí.

Puedo decir cualquier cosa, pero no que mintiera cuando dijo que me amaba profundamente, de ese sentimiento estoy más que seguro, sus ojos no podían mentir cuando me miraban llenos de emociones que no podían ocultarse como imagino que lo hacían los míos.
Entonces, ¿por qué ocurrió todo esto? ¿Por qué estoy aquí a cientos de kilómetros de ella?

Tengo que decirme a cada momento que la respuesta a estas preguntas es una sola pero sustancial, y es que una relación sin confianza no puede avanzar, no tiene sentido intentarlo y reintentarlo. Ya no puedo aventurarme a darle otra oportunidad después de que ya me engañara en el pasado y lo volviera a hacer.

También se lo habría dejado claro a Emre si me hubiera dejado hablar cuando, un par de días después de llegar a Londres, me llamó.
Me tomó por sorpresa, no esperaba su llamada y menos sus palabras y el tono de decepción con el que las había pronunciado.

- ¿Abi? -

-Hola Can, ¿cómo estás? Es una pregunta inútil en realidad, tengo aquí ante mis ojos la prueba de que parece que te lo estás pasando muy bien - -.

Me quedé en silencio durante unos instantes, incapaz de dar sentido a sus palabras y a su duro tono.

- ¿Cómo? No entiendo de qué hablas Emre -

-¿De verdad? Tengo algunas fotos interesantes de usted y Polen aquí delante.
El titular del periódico es "El amor vuelve con fuerza" El subtítulo anuncia "El amor entre el famoso fotógrafo internacional Can Divit y la investigadora Polen Ateş, tras un periodo de separación, vuelve a florecer con fuerza. Los dos amantes han regresado a Londres y han tomado una habitación juntos en el Hotel Central Park".
Vaya Can, no se puede decir que hayas perdido el tiempo, al parecer, no hace más de un mes me confiaste que estabas locamente enamorado de una chica, que incluso querías casarte con ella y mira lo que pasó poco después...

Cerré los ojos cuando la verdad se hizo evidente para mi mente, ya que imaginé que las fotos tomadas a mi llegada al hotel fueron publicadas por algún periódico sensacionalista acompañadas de artículos sin ningún fundamento.

- Emre escucha, hay una explicación ...-

-Bueno, yo diría que la explicación es lo suficientemente clara para todos, ¿qué te parece? -

Contengo la respiración cuando un pensamiento me invade, espero equivocarme.

- ¿Los ha visto Sanem? -

-¿Qué opinas? La revista lleva días recorriendo la agencia y el palacio, Cey Cey intentó que no la vieran pero no pudo.
Bravo Can, esa chica sí que se merecía ser decepcionada y humillada así a los ojos de todos.
Ya sabes lo que siento por Layla y sabes que después de nuestros desencuentros iniciales le cogí mucho cariño a Sanem, no creo que se mereciera pasar por esto.
Pero la vida es tuya, nadie puede decirte qué o qué no hacer, tú puedes decidir hacer lo que quieras con ella querido hermano.
Te deseo un buen viaje y un buen trabajo, görüşürüz Can, te veré en seis meses si decides volver, buena suerte -.

Colgó sin que tuviera la oportunidad de abrir la boca aunque no estoy seguro de que hubiera sido capaz de explicar el pesar que siento al pensar cómo se habrá sentido Sanem al ver esas imágenes y pensar que elegí volver con Polen.

El viaje del albatrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora