6 - Vuela lejos

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Sanem

Mi albatros ha volado ....

Ver su avión alejarse del suelo para volar hacia el sol fue devastador, me enfrenté a un hecho consumado y tuve que darme cuenta de que realmente se había ido junto con Polen.

Ha hecho su elección y no soy yo.

Corro arrastrando mi carrito entre la gente que abarrota el aeropuerto cegada por las lágrimas y sacudida por sollozos que no puedo detener de ninguna manera.
No sé cómo encontré la salida y cómo conseguí subirme a un taxi.
Con una voz apenas audible consigo dar la dirección de la casa de Ayhan al conductor y me apoyo en el asiento intentando respirar y recuperar el control de mí mismo.

El taxi permanece atascado en el tráfico de la hora punta durante mucho tiempo, pero ni siquiera me doy cuenta, no hay nada más que este dolor agudo que siento desgarrando mi ingenuo corazón que había creído en el amor verdadero, el eterno, y que ahora se encuentra destrozado y sangrando por la pérdida del hombre de mi vida.

Me viene a la mente la imagen de los dos en el mismo teatro, testigos de nuestro primer beso robado, cuando descubrí que era mi albatros le confesé que mi corazón latía a un ritmo enloquecido y pronunció unas palabras que me dejaron literalmente sin aliento:

- "Quédate conmigo, yo cuidaré de tu corazón.

¿Y ahora qué? ¿Qué será de mí y de ese pobre corazón abandonado para siempre por quien decidió no quedarse?

Aunque sé que nuestros caminos no volverán a cruzarse, soy consciente de que él es el único para mí, nunca podrá haber nadie más que él en mi vida y en mi estúpido corazón enamorado.

Me doy cuenta de que el taxi casi ha llegado a su destino, me limpio las lágrimas con las manos e intento respirar para recuperar el control de mis emociones, no puedo presentarme en la puerta de Ayhan y Osman en estas condiciones.

Llamo al timbre intentando comportarme, pero Osman me abre y mi viejo amigo sólo tiene que mirarme para entenderlo todo.

- Se ha ido -

Asiento con la cabeza y empiezo a llorar de nuevo sin poder contenerme de ninguna manera, él me abre los brazos y yo no puedo hacer otra cosa que refugiarme en el calor de mi mejor amigo, el que, junto con Ayhan, me conoce mejor que nadie en este mundo.

También llega ella, mi confidente, mi hermana adoptiva a la que siempre he querido tanto o más que a mi hermana de sangre, Ayhan se acerca y nos abraza a los dos apoyando su cabeza en mi hombro en un gesto de consuelo.

Entre sollozos lo único que puedo pensar es que son excepcionales, no sé qué haría sin ellos.

Me llevan a la casa y sin decir una palabra me hacen sentar en el salón, me encuentro poco después con un pañuelo en una mano y una taza de té en la otra. Sonrío a través de mis lágrimas ablandadas por su cariño hacia mí.
Me limpio los ojos, me sueno la nariz y tomo un sorbo de té, mirando a mis maravillosos amigos cuya presencia me basta para sentirme reconfortada y comprendida.
Lo saben todo, me han instado cientos de veces a decir la verdad a Can sobre el perfume que vendí a Fabbri, y como siempre tenían razón.
Lo arruiné todo al no encontrar el valor para hacer lo que sabiamente me habían aconsejado.

Al terminar el té, Ayhan se acercó para rodearme con su brazo.

- Por lo visto no te has ido a Izmir y tus padres no te esperan hasta dentro de dos días, así que no vuelvas a casa, quédate escondido aquí y cura las heridas de tu corazón, recupera el control para poder volver a casa cuando estés más tranquilo tamam, ¿vale? -

Asiento con la cabeza sin poder pronunciar una palabra de tanta gratitud que siento por su ofrecimiento, sabía que si había un lugar en el mundo que podía darme algún consuelo sólo podía ser éste, el hogar de mis mejores amigos y su cercanía.

Subimos a la habitación de Ayhan, mi carrito ya está allí, Osman se ha encargado de traerlo como si supiera enseguida que me quedaría con ellos. Ayhan me prepara el sofá cama, que siempre ha sido mi cama cuando me quedaba a dormir.

-Cámbiate y descansa un poco mientras termino de hacer la cena, luego si quieres bajar está bien, sino siéntete libre de dormir o descansar tamam?

Vuelvo a asentir agradeciendo la sensibilidad que muestran al permitirme tiempo y espacio a solas para recuperar cierta apariencia de control, no estoy en condiciones de hablar ahora mismo, necesito algo de tiempo para curar mis heridas antes de hablar con alguien de ello.

Me pongo una sudadera cómoda y un fuseax de los que siempre guardo aquí en el armario de Ayhan para cuando paso de repente por su casa, me tumbo en la cama en posición supina, me tapo los ojos con el antebrazo y lloro tantas lágrimas como no creía posible.

Es lo que necesito ahora mismo y aquí por suerte puedo sentirme libre de hacerlo, en casa hubiera sido imposible sin preocupar a mis padres.

Mucho, mucho tiempo después me siento a secarme los ojos, me levanto para ir a apartar la cortina y mirar por la ventana.

Ya está oscuro, no tengo ni idea de cuánto tiempo ha pasado desde que Ayhan me dejó sola en esta habitación.

Suspiro mirando el cielo iluminado por una gran luna llena y no puedo evitar pensar en él una vez más.

Tengo que empezar a aceptar los hechos, lo que yo consideraba mi albatros era en realidad un alma libre que decidió volar, volar lejos de casa para no volver nunca o al menos no volver a mí.

El viaje del albatrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora