CAPÍTULO II: Princesa Leia Organa

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Verano del 2000

POV Natalia

Me encontraba en la cocina ayudando a mi madre con la organización de la alacena, ayer comenzó el verano y por lo tanto ella estaba más ocupada que otros días debido a la llegada de los hermanos Skywalker... Me río al pensar en el apodo que le puse a los gemelos.

Llevaba muchísimo tiempo sin verlos, años para ser más precisos. A pesar de vivir en la misma propiedad durante todo el verano, me mantenía en la casita, aprovechando el tiempo libre para practicar algún idioma o seguir estudiando, debía mantener mi promedio perfecto; me gustaba estudiar y ver la mirada de orgullo que me ofrecía mi madre.

Este año sería distinto, me había unido al equipo de gimnasia escolar y necesitaba practicar de vez en cuando; mi madre me había conseguido el permiso para usar el gimnasio de los señores dos veces a la semana y deseaba hacerlo pronto.

Solnyshka- La voz de mi madre me saca de mis pensamientos -Con la llegada de los jóvenes la señora Irina se vuelve más exigente... Se que te digo esto todos los años, pero procuraremos ser más precavidas correcto?- me observa de forma dulce, mi madre siempre tenía esa cálida mirada para mi.

Sí señora- le sonrió y me acerco para besarle la mejilla -Creo que ya termine acá, me retiraré a mi habitación- anuncio y comienzo mi camino a la casa ubicada en el patio trasero. Ahí detrás de la gran mansión, caminando unos cuantos metros se encontraba la pequeña casa la cual mi madre y yo habíamos convertido en nuestro hogar los últimos años.

Al llegar a mi habitación me recuesto en la cama y no puedo evitar pensar en que quizás ese sería otro verano donde no vería ni siquiera la sombra de los hermanos Maximoff, me parecía un poco injusto que no se me permitiera tener contacto con ellos, pero sabía que me convenía mucho más seguir las reglas y no poner en riesgo el trabajo de mi madre.

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Habían pasado cuatro días desde que los Maximoff habían llegado, Melina y Masha estaban más ocupadas de lo normal, la familia no cumpliría con ningún compromiso esa semana por lo tanto se mantendrían todos los días en la mansión.

Por su parte, Natalia comenzaría la práctica ese mismo día, es por ello que se encontraba entrando al gimnasio personal de la familia, ubicado en el sótano de la mansión,

Todo aquí es perfecto para mi entrenamiento- dice en voz alta, con tono emocionado y se agacha en una de las colchonetas para comenzar a entrenar.

Llevaba unos cuarenta minutos de entrenamiento, realizando su rutina en completo silencio hasta que escuchó susurros detrás de ella.

Eso es impresionante- decía una voz poco conocida

Shh cállate, Lorna- rechista otra voz, pero esta vez es de un niño.

Natalia detiene su entrenamiento y se ríe por lo bajo al entender lo que estaba pasando, comienza a caminar en silencio hasta la entrada que se mantenía entrecerrada, su plan era asustar a los desconocidos que la espiaban, pero cuando está a punto de abrir la puerta, un par de ojos verdes se posan sobre ella, con mirada de reproche.

Si tu plan era espantarnos fracasaste- dice Wanda con mirada retadora, mientras Nat la ve con un poco de impresión, ya no era la niña con fleco que había conocido, ahora tenía el cabello recto y mucho más largo, era unos cuantos centímetros más alta que ella y se atrevía a decir que sus ojos eran incluso más verdes que la última vez que la había visto.

Ya ves Pietro, al parecer la arañita Nat salió de su escondite- le dice Wanda a su hermano sin dejar de ver a Natalia, la cual se pregunta cómo ella sabía su nombre, si nunca se presentaron siquiera.

Pero sigue estando tan muda como la última vez- los tres se ríen y la ojiverde se acerca para extender su mano -Wanda Maximoff, pero eso ya lo sabes.

A pesar de sorprenderse por la formalidad, Nat se presenta en tono bajo, le ofrece su mano por cortesía y al instante siente un escalofrío recorrerle... Qué causó esa sensación? Ella lo sintió también? Se pregunta mientras siguen conectando sus miradas, hasta que escuchan a Pietro hablar.

Que formal eres Wandi, ya pareces a papá... Que tal vecina o algo así- extiende una sonrisa encantadora -Pensé que jamás conversaríamos, eres bastante escurridiza cuando sales de tu cueva cierto, Lorna?

Ujum, por eso te decimos arañita- suelta la niña de forma inocente. Natalia se sonroja al entender su apodo y los ve con timidez mientras responde.

La verdad yo tampoco pensé que hablaríamos alguna vez, su madre es... Sumamente clara con las reglas- procura sonar amable, pero escucha la sonora risa de Lorna.

Madre y sobre todo padre, son unos locos del control, incluso nosotros no podemos estar en algunas áreas de la casa...- voltea los ojos al decirlo

Hey, vocabulario señorita- regaña Wanda -Solo son organizados, debemos respetar eso okay.

Si si, como sea... Ahora aprovechemos que no han notado que estamos aquí para hacer algo divertido- Pietro tenía una extraña mirada en la cara, como si se le hubiera ocurrido la idea del año.

Vi tu entrenamiento y nosotros sabemos hacer algo parecido... Por qué no probamos quien dura más tiempo parado de manos eh? Lorna llevará el tiempo y nosotros lo haremos- observa a las chicas esperando una respuesta.

Natalia y Wanda lo ven con poco convencimiento pero se atreven a cumplir el reto, después de tantos años al fin estaban compartiendo juntos, por qué desaprovecharlo.

Los gemelos y Nat se paran sobre sus manos de cabeza y Lorna comienza a contar.

Cuando va por el número cinco un cansado Pietro se da por vencido tras un pequeño berrinche, pero las chicas siguen por unos segundos más

Soy gimnasta, no podrías vencerme por mucho que lo intentes Princesa Leia- dice Nat en tono de burla viendo como las manos de Wanda empiezan a fallar y de un momento a otro cae hacia el frente.

Lo siguiente que se escucha es un grito y el llanto de Wanda por toda la habitación, todos corren hacia ella e intentan ayudarla, pero Pietro detiene a Nat y le recomienda que salga de la habitación antes de que su madre llegue, si no el castigo la incluiría a ella y eso empeoraría las cosas.

Natalia sale corriendo del gimnasio y lo último que ve antes de salir, son un par de ojos verdes llorosos y desea con todas sus fuerzas quedarse allí para consolarla.

The Stages Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora