Un lío amoroso

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N. A: Esta es una segunda parte de "error de correspondencia" pueden leerla sin problemas pero para mayor comprensión les recomiendo darle una leída rápida a ese capítulo.

Todos estaban reunidos en la sala del Patriarca, ya se estaba haciendo costumbre el ser solicitados constantemente. El cumpleaños de Géminis estaba cerca así que discutían por lo que debían hacer , esta vez sin sorpresas pues después de cómo hicieron sentir a Aldebarán en su cumpleaños, decidieron que siempre planearían todo juntos.

—Oigan, ya les dije que no quiero nada, siempre hacen un alboroto —protesta.

—A ver, Saga. Cállate, tú eres solo el pretexto para una fiesta, además, siempre terminas siendo el más animoso —molestó Milo.

—Aparte debemos aprovechar que no viene Atena en esta semana, con mayor razón debemos armar algo grande —dijo otro de los caballeros.

Así que se pusieron a planear a la brevedad cuando en medio de esa conversación y acuerdos, un plan se formulaba en la cabeza de cierto castaño.

—Oigan pero ¿vamos a invitar a Kanon? —preguntó Aioros.

—¡A ese ni me lo menciones! Se me congelan los pies solo de acordarme —Milo.

—Ya ni me digas, le grité muy feo a mi Masky ese día, me desconocí —Afrodita.

—Yo no puedo arriesgarme a que Afrodita me deje en abstinencia de alcohol de nuevo —Death Mask.

—Oigan, yo pienso que sí deberíamos invitarlo, no fue su intención cambiar las cartas —Aldebarán.

—A mí no me simpatizó mucho que me causara un problema con Aioria pero excluirlo no sería justo —Shura.

—En mi opinión, si lo dejamos de lado, nos arriesgamos a que nos haga una jugarreta después —Shaka—. Aparte no puedo dejar a Saga solo, Mu querría pasar tiempo con él... —pensó para sí mismo.

De esta manera se formuló un nuevo debate acerca de la presencia del marino.

—Pues yo sí creo que debería venir, Shaka ya lo explicó y no creo que ninguno quiera ser víctima de Kanon otra vez —sustentó Mu cruzándose de brazos.

—A mí me da igual, como quiera me cae bien —Dohko.

—¡De ninguna manera! Hay que ser realistas, no importa qué tan condescendientes seamos con él, siempre somos blanco de sus burlas —Aioria.

—Me parece que es hora de marcar límites de nuevo, si ya manipuló a un Dios ¿qué garantía tenemos nosotros? —Camus.

—Bueno es que si se trata de poner límites entonces empecemos por tomar en serio el trabajo, sin amoríos en el Santuario, ni visitas no autorizadas —los calló Shion.

—Uuh, Milo. Esa va para ti —molestó Shura.

—Yo los quiero a ambos, a todos los cuidé pero ellos fueron los primeros, por su culpa tengo canas verdes —comenzó con recuerdos melancólicos y termina por llorar en el hombro de Libra—. ¡Aaaah! ¡Mi hermosa melena rubia! —el contrario solo le sobaba la espalda.

—Bueno —interviene Aiorios—, si no les molesta, yo tengo una idea.

Todos voltearon a verlo con intriga excepto Saga quien solo se recarga sobre un pilar dando un gran suspiro, sería todo un caso contrariar a su novio cuando tenía un plan en mente. Tras explicar, todos mostraron un rostro de duda por lo que habría que hacer o si siquiera funcionaría, pese a ello, lo que dijo al final los ayudó a convencerse.

—De hecho, hay alguien que puede ayudarnos con esto —sonrió con complicidad marcando un número.

Al día siguiente, 30 de mayo. Kanon iba subiendo acompañado de Sorrento, este último lo había convencido de regresar para festejar con su gemelo, después de todo, él y el resto del Santuario eran como una familia. El griego aceptó, con la condición de que le acompañara y así fue. Pasaron por Aries y estaba vacía, aunque esto no le parecía algo raro.

One Shots [Caballeros del Zodíaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora