One Shots [Caballeros del Zodíaco]

Mi manera de pedirte perdón

A N T E S

La casa de su hermano mayor, el templo de sagitario, el pequeño leo iba en busca de notificar sus gratificantes aventuras pero a medida que se acercaba un sonido peculiar se escuchaba, sabía que ese tono de voz era de Aioros pero ¿y el otro? Fue hasta el cuarto y de manera cautelosa se asomó divisando una nueva imagen, Saga y su hermano estaban frente a frente compartiendo sonrisas con las mejillas sonrojadas y pronto los vio uniéndose en lo que parecía un amoroso beso.

Asombrado, salió corriendo sin ser descubierto bajando todos los templos hasta la casa de Cáncer gritando por su dueño.

—¡Deathmask! ¡Deathmask! ¡Deathmask! —chillaba el pequeño.

Se abrazó en él al verlo y lo miró con una carita de angustia e igualmente confusión desconsertando al mayor.

—¿Qué pasa, Aioria? ¿Otra vez te asustaron en tu templo?

El pequeño negó.

—¿Entonces?

—E-es que... —el rubio jugaba con sus pequeños dedos con la mirada baja—. Hoy vi... mi hermano, fui a verlo para contarle que esta mañana reuní muchas piedras pero él... estaba con Saga y de pronto juntaron sus bocas, así.

Con sus pequeñas manos simuló las dos bocas y las juntó con vergüenza. Deathmask al escucharlo solo pudo pensar en que esos dos iban demasiado rápido, que debían tener algo de pudor al menos, eran muy evidentes así que no fue tanta su sorpresa mas sí reprochamiento porque Aioria los haya visto, después de todo, él aún era muy chico para eso.

—Deathmask —tiró suavemente de su pantalón—. ¿Qué fue eso?

—Verás, leoncito —rascó su nuca, él no tenía por qué explicar eso—. Cuando dos personas se quieren lo suficiente tienen una especie de afecto distinta a la de unos amigos, has visto los matrimonios cuando vamos a ayudar en Rodorio ¿verdad? Es... es algo así.

—Pero son viejos y mi hermano al igual que Saga ¡son jóvenes! Y no están casados como los demás ¡son amigos! —contradijo el rubio.

—Ah... es que, hay amigos que desarrollan sentimientos mutuos y se quieren de más —trataba de explicar pues tampoco sabía la situación en la que se encontraban los involucrados como para afirmar una relación.

—Entonces... ¡¿entonces quiere decir que si yo te quiero mucho vamos a hacer eso?! —soltó de repente con sus mejillas rojas y un rostro asustado.

—¡NO! ¡Aaaaah! —fue tan repentino que Deathmask no tuvo tiempo ni de pensarlo—. ¡No somos esa clase de amigos!

—¿No me quieres mucho? —sus ojos se aguadaron por la respuesta empezando a llorar tallando sus ojos.

Qué lío, no sabía cómo explicarlo, por suerte Afrodita y Shura venían subiendo, muy brevemente se les fue puesto en contexto a lo que carcajearon por la incómoda situación, sin embargo, entre los tres pudieron darle una respuesta que lo dejara conforme respecto a lo que vio para que dejara de llorar.

A C T U A L M E N T E

Todos los caballeros de oro a excepción de Cáncer y Leo estaban reunidos en la casa del Patriarca, se les había concedido a todos una última oportinidad de vida después de que sus actos fueran justificados con el fin de proteger a Athena. Trataban de aprovecharlo al máximo queriendo vivir algo más normal a lo que acostumbraron, dado que eso no era posible puesto que no debían descuidar del Santuario decidieron mejor arreglar los malentendidos que hubo antes y volver a ser unidos. Sin embargo, había dos personas que aún no lo llgraban, dos que hacían incómodos los ambientes porque si se les ponía discutían desde lo más insignificante hasta terminar en una pelea innecesaria. Si ellos no se arreglaban entonces sus amigos les ayudarían.