XLII

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— Odio este lugar y lo sabes, ¿como puedes permitir que las mujeres se encuentren de esa manera? — Se quejó Haneul por milésima vez.

Park y ella habían llegado al "bar" donde permanecían las mujeres que los hombres de Jimin secuestraban, la mayoría de ellas vestían de manera extravagante y poca ropa, algunas, literalmente no llevaban nada puesto. Sufrían, lloraban y gritaban para que las sacaran de ese lugar, no deseaban estar con hombres pero tenían que hacerlo. Estas imágenes le causaron asco a Haneul, no podía creer como la policía no pudiera intervenir en esto.

— No lo odies, es el lugar donde debutaste — Se burló Park, aquel solo llegó a la mesa privada donde también estaba Hoseok, Namjoon y Yoongi bebiendo y fumando como unos locos adictos.

Jimin saludó a cada uno con el típico saludo que realizaban los hombres al verse, Haneul caminó más rápido para no perderlo de vista, no mentiría sobre qué se ve realmente bien con aquel traje blanquecino y que hablar de su cabello tintado de rubio, la chica en todo el largo tiempo que ha estado a su lado, solo una vez lo presenció de azabache.

— ¡Haneul, que gusto! Pensé que no permitían embarazadas — La asquerosa voz de Jung le recorrió un escalofrío por todo su anatomía, deseaba tanto estamparle ese vaso de cristal que él sostenía con su mano izquierda.

— Desearía decir lo mismo de ti pero claramente no es un gusto para mi el verte, me das asco.

Al decir aquellas palabras, los demás hombres soltaron carcajadas burlándose de Hoseok. Ella solo tomó asiento a un lado de Jimin quien comenzó a beber y fumar María, Haneul colocó los ojos en blanco y prefirió no prestarles atención.

— Te recomiendo que te tranquilices, Jung drogado y ebrio es la peor pesadilla para cualquiera — Susurró en su oído al mismo tiempo que acariciaba los muslos de sus piernas. Haneul iba a responder ante sus palabras que una silueta un poco pequeña le llamó la atención.

Su ceño se frunció, las luces del lugar y lo poco que podía ver, no le permitían distinguir a la chica aunque en su mente vagara una, no podría ser posible ¿o si?

De reojo miró a Park pero este conversaba con los demás, probablemente de mujeres. Haneul aprovechó para seguir observando hasta que una pequeña multitud se hizo a un lado, era ella.

Soyeon, se encontraba de la mano con el mismísimo Jeon Jungkook quien le susurraba en el oído y ella solo se dedicaba a sonreír coqueta. Haneul no podía creerlo, una niña de quince años con un hombre mucho más mayor que ella.

Haneul actuó rápido en el momento que Jimin dirigió su mirada al frente, llevó sus labios rojizos a los de él, por supuesto que Park aceptó y lo disfrutó tanto pero ella si le diría lo que acababa de ver. Se trataba de una niña con alguien peligroso, ella no sabe defenderse. Además, las consecuencias que Jungkook cargará, también las cargaría Soyeon.

— Prométeme que todo lo harás con discreción — Susurró en el oído de Jimin, este posicionó sus manos en la cintura de la chica y terminó por quedar sentada en sus piernas con dificultad debido a su vestido, a pesar de que sabía que la tela quedó a una altura donde se veía todo. Jimin la tomó de la barbilla con un poco de fuerza, los anillos platinados hicieron contacto con su piel causando un escalofrío.

— ¿De que hablas? — La miró directamente, aquellos dos se veían a los ojos como si estuvieran enamorados toda la vida. Jimin no se resistió y la besó con muchas ganas, como si Haneul se fuera a desprender de él.

Haneul detuvo el beso sabor a licor y de nuevo, se inclinó para susurrarle.

— Soyeon está aquí, con Jungkook.

Harlotry | PJMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora