Capítulo 3

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Luz

Las persianas estaban subidas, seguro que alguna enfermera ya había entrado para despertarme y mi respuesta habría sido darme la vuelta y seguir durmiendo.

Habían pasado 4 días desde que me cambiaron de lugar, de cama y de personal de enfermería. Por cabezonería de mi loca amiga, me encontraba en el edificio principal del hospital donde ella trabajaba, en una habitación sola, y con todo el mundo pendiente de mí.

Sabía que no solo era porque ella había removido todo lo que pudo para tenerme ahí, sino que ser la novia de quien yo fui me dejó muchas puertas abiertas.

Había sido una persona muy querida entre estos muros, tanto que el día de su entierro había demasiados compañeros.

Y aquí estoy yo ahora, intentado abrir los ojos porque una voz me decía que tenía que desayunar.

-De verdad que con un zumo de piña yo desayuno.

-Tienes que recuperar fuerzas, has perdido mucho peso estos días.

-Ah bueno pero eso no es problema ninguno! Es una buena noticia.

Sonriendo, Sara salió de la habitación a continuar con su faena.

Era el primer día que me daban algo más de comida, creían que ya podría tragar mejor al quitarme el collarín que lleve durante 4 largos días.

Zumo, café, tostadas, mermelada, mantequilla... todo eso era lo que pretendían que me comiera a las 9 de la mañana!! Cuando yo no estaba acostumbrada a comer hasta el mediodía.

Me bebo el zumo y lo demás lo dejaría por si más tarde me daba hambre, o eso era lo que yo creía. Al moverme para guardarlo, la voz de la yaya sonaba alta y clara.

-Melyssa un movimiento más y la tenemos,

Me giré despacio, mi abuela en ocasiones me daba algo de miedo cuando cambiaba el tono de voz, pero se aprovechaba de mi debilidad por ella.

-Yaya que solo me he movido un poco.

-No puedes hacerlo aún, solo hace 4 días que estás aquí.

-Pues con más razón para moverme sola ¿no crees? 4 días en cama llevo aquí, más el día que me tire en trauma al llegar, son 5 abuela y quiero moverme mucho.

-Se contar pequeña impertinente, y me da igual lo que digas, te vas a quedar quieta hasta que pase el médico y nos diga si hoy ya te puedes mover.

-Otro días más que me tengan que lavar y te juro que me tenéis que llevar a que me mire un Psiquiatra

-No exageres tanto anda, que estás encantada.

-Si ¿no me ves la cara de felicidad que tengo?

-Lo que tienes es una hostia en esa preciosa mejilla que tienes guapa.

Y no pudieron seguir con su gran conversación ya que se abrió la puerta y entró el equipo médico.

-Bien, paciente de 27 años, accidente de tráfico grave, dos costillas de la parte izquierda fracturadas, esguince cervical y de ligamentos en antebrazo izquierdo, pinzamiento lumbar de las últimas lumbres y desgarro del músculo del muslo posterior de la pierna izquierda. Melyssa qué tal te encuentras?.

-Dicho así parece mucho más! Bien, me encuentro algo mareada pero bien.

-Es normal, llevas en cama muchos días, pero eso va a empezar a cambiar. Hoy vas a poder empezar a sentarte en el sillón y según como pases el día mañana ya podrás pasear un poco, todo eso si no hay mareos, si los hay tendrás que estar en cama unos días más vale?.

HASTA EL MAS ALLÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora