HASTA EL MAS ALLÁ

Capítulo 9

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Habían pasado dos semanas desde que salí del hospital. Como bien había dicho mi hermana, estuvo en casa unos días hasta que empecé a moverme por mi sola. Necesitaba un poco de tranquilidad, estaban siendo unos meses algo duros y por fin me encontraba sola con mi perrita en casa. Me quedaban pocos días para volver al trabajo, las molestias en la espalda se había ido, el cuello y el brazo los tenía perfectos, pero la pierna me seguía dando problemas. Iba dos veces por semanas, desde hacía una, una hora el día a un centro de rehabilitación. Si quería volver al trabajo tenía que cumplir dos semanas de unos ejercicios intensivos por parte de mi traumatólogo. Lo que no sabía es que uno de esos días me llevaría una sorpresa.

Una mañana al entrar en la sala de rehabilitación, choqué contra un cuerpo duro, cuando alce la vista, creo que me quede mas blanca de lo que solía estar.

-Veo que te has recuperado bastante bien

-Inspector García, aún tengo molestias en la pierna, por ello estoy aquí.

-Llámame Hector. Creeme que desde la primera vez que te vi, estas mucho mejor

-Me lo supongo, de verme medio muerta ahora...

Me miró un tanto extraño, supongo que se preguntaba cómo podía saber yo que me vio de esa forma y estaba con los médicos en plena reanimación.

Me llamaron para empezar los ejercicios y tuve que disculparme con él. La verdad me estaba poniendo nerviosa tenerle delante. Algo me decía que su apellido tenía problemas.

La conspiración del cosmos determinó que era buena idea que se pusiera a mi lado hacer sus propios ejercicios. ¿Qué le habría pasado para acabar aquí? Me sorprendí mirando sus brazos más tiempo del que estoy dispuesta a reconocer cuando una figura de un ente se ponía a su lado imitando sus gestos.

"te traigo un babero? empiezas a babear solo de verle mover los brazos"

-¿Qué te pasó para acabar aquí?

-En un operativo, salí corriendo detrás de un hombre y salté por una ventana, caí mal sobre el hombro izquierdo. El médico cree que sería bueno unos ejercicios antes que una operación.

-Saltaste de una ventana?

Una sonrisa salió de mis labios solo de imaginarlo al más puro estilo Vin Diesel a todo gas.

"No puedes negar lo evidente, este tío te gusta y ahora tienes la oportunidad de quedar con el"

Me centré en lo que estaba haciendo, no podía ponerme hablar con él en este momento o todos aquí creerían que estaba loca, y una cosa aquí entre tu y yo, no me importaba que los demás lo pudieran pensar pero Héctor no. Decidí que seguía con mis ejercicios, era la hora más larga de toda la historia.

Se despidió cinco minutos antes de acabar. Me salí de la sala a los vestuarios a cambiarme de ropa y salí con la ayuda de una muleta que el médico consideró que sería buena idea para poder ayudarme apoyar la pierna y doliera menos.

-Quieres que te acerques a casa?

Me giré y ahí volvía a estar. Joder es que no podía irse y hacerme la vida mas fácil? Me conocía y sabia que podía llegar a enamorarme de una persona como él y seamos sinceros, ni me convenía ni se fijaría en alguien como yo pudiendo tener a la que quisiera al más puro estilo Barbie, con todos sus apartamentos y sus trabajos de glamour.

-Em, te lo agradezco pero ya pedí un taxi que me viniera a buscar, estará a punto de llegar.

-Esta bien, esto Melisa, has pensado lo del seguro?

-Mañana tengo una reunión con mi aseguradora para ver como vamos hacer

-Si quieres un consejo de alguien que ha visto esto muchas veces, coge el dinero que te ofrecen. La que sufriste el accidente y por poco no lo cuentas eres tú y no te preocupes por la mujer, de su bolsillo no sale el dinero que te darán. Los diez mil euros los tendrás si o si.

-Tengo mucho que pensar sobre eso, yo estoy bien y siento que si acepto ese dinero sería un poco avaricia.

-Eso no pasará. He de irme, pero ya sabes como encontrarme si quieres que hablemos con más calma.

El taxi que venía a recogerme apareció de la nada, o es que no podía prestarle la atención que merecía, ya que solo podía mirar esos ojos verdes que me descuadraba cuando me miraba.