Capítulo 39 "Sí...."

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— Señor, ya han acabado las visitas. —repitió la enferma por enésima vez.

Para Luhan era imposible volver a separarse de él, ahora que lo tenía junto a sí, no quería volver a la soledad, no lo soportaría. Rompió todas sus barreras al simplemente oírlo, ¿y ahora, pasar una noche y quizás cuantas más sin Sehun? Ni pensarlo.

— Yah, sólo me despediré.—Luhan sonrió cómplice de su propio plan.

La enfermera se limitó a rodar los ojos, abandonando rápidamente la habitación. Se había cansado de oír “sólo unos minutos más” y ese tipo de cosas cada vez que se paseaba por el mismo cuarto.

— Supongo que mañana me vendrás a ver, ¿no?

El mayor volvió a sonreír traviesamente, no abandonaría el plan.

— ¿Y quién dijo que me iría? —ignoró las palabras de Sehun, corriendo hacia la puerta.

Luego de asegurarse de no ver a ningún personal paseando por los pasillos, cerró la puerta despacio. Se giró hacia el chico de la camilla, sin borrar su sonrisa.

— ¿Qué harás?

— Quedarme aquí contigo.

— ¿Estás loco?

— ¿Acaso me enviaran a la cárcel por colarme una noche? No creo que hayan graves problemas.

— Buen punto. Pero, ¡encima no traes nada! Ni un chaleco, ¿cómo vas a pasar la noche aquí? Debes cuidarte, Luhannie.

— Ahí está el problema.

— ¿Qué? —preguntó Sehun confundido.

— Haber, niño con problemas para entender las malditas indirectas. —Luhan se cruzó de brazos frente a él.— Entiende que tú eres mi v...

Un intento de abrir la puerta del cuarto interrumpió la charla de ambos chicos. Luhan susurró una grosería mirando hacia todos lados buscando algún lugar en el cual enconderse. Vio una sábana tapar un clóset, eso sería muy arriesgado. Luego las cortinas largas le llamaron la atención. Solo en las películas sucede eso.

Corrió hacia la camilla, arrojándose debajo de ésta un segundo antes de que la puerta se abriera por completo. Luhan se refugió en la sombra que proporcionaba uno de los cajones a los costados.

— Se fue el niño —resopló una voz femenina.— Solo venía a asegurarme. Adiós, joven Oh.

Y un portazo.

Luhan salió de su escondite –golpeándose en la cabeza de paso– un poco enfadado con la señora que lo interrumpía.

— ¿Niño? ¿Qué cree, que tengo 12 años? ¡Vieja amargada! —soltó enojado.— ¿Acaso tengo cara de niño?

— La tienes. —le confirmó el menor, viendo como se giraba asesinamente hacia él tal como la niña del exorcista.— Y de niña, específicamente. Estoy seguro que con una peluca puedes pasar desapercibido.

— ¡Te callas, Oh Sehun, si no quieres quedar más que muerto!

— Oh, acaba con mi sufrimiento. —sobreactuó, llevándose la mano hacia el corazón.

Luhan hizo una mueca de desagrado, tirándose al sofá como si fuese su propia casa. De todos modos, no había nadie más que Sehun. Se acomodó en el incómodo y duro sofá, cerrando los ojos.

— Luhan, esta cama no es tan pequeña.

— ¿Sí? Pues estírate. —contestó seco, sin molestarse en abrir los ojos.

Rare start | HunHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora