¿Suerte o Desgracia? || 𝘽𝙖𝙠𝙪𝙜𝙤 || (RESCRIBIENDO)

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En un mes empiezo en la U.A. y sí estoy muy nerviosa, demasiado diría yo, no sé como hacer amigos ni como debería comportarme supongo que será ser amable con todos los que me dirijan la palabra y dedicarles mi mejor sonrisa.

Fácil.

En este momento me encontraba jugando a la play pero cuando acabe la partida apague la play y me puse a ver vídeos de Youtube "Primer día de clases" fue lo que busque, lo único que me salió fueron vídeos típicos de: portadas para tus cuadernos, rutinas de la gente, gente customizando su material escolar... 

Ahí me di cuenta. No tengo ni una mochila escolar, bueno tocaba día de compras.

—Ya llegue ____— apareció Keigo por la ventana, tenía esa manía de nunca entrar por la puerta principal.

—Sabes que las puertas existen ¿no?—me levanté del sofá para ir hacia él.

—Ya bueno, pero yo estoy creando nuevas modas—sonrió con aire halagador. 

Dejemos que se halague a sí mismo, era hora de pedir dinero.

—Oye mi queridísimo hermano que quiero yo tanto en este mundo—intente poner una cara de cachorro abandonado.

—¿Y tú que quieres ahora?— suspiró cansado, estas escenas ya se las sabía de memoria.

—¿Podrías llevarme a comprar material escolar?—me rasque la cabeza nerviosa— Y ya que estamos aprovechamos y vamos de compras—sonreí de oreja a oreja.

—¿Para que se supone que quieres material escolar?—me miró fijamente a los ojos desconfiado,  no le gustaba mucho que  fuéramos a lugares públicos por miedo a que alguien nos tome fotos y la gente empiece a formular cosas.

—Bueno es que dijiste que en un mes empezaba en la U.A. y no tengo ni mochila, ni utensilios ni cuadernos básicamente no tengo nada.

—Ah— dijo seco—Es verdad, no me acordaba de que empezabas en un mes perdóname. Pero ya te digo yo que cuando estés unos días en la U.A. ya querrás quemar tu mochila. Yo en su momento lo hice y no me arrepiento de nada—Sonrió triunfal al recordar ese momento.

—Por qué será—susurre para mí misma.

—¿Dijiste algo?

—No nada, vámonos— agarre una gorra y gafas de sol para ir de incógnito, desplegué mis alas y salí por la ventana para seguir a mi hermano.

Al cabo de 10 minutos aproximadamente ambos llegamos al centro comercial, los dos vamos vestidos de negro con una gorra y gafas, sí yo creo que llamamos más la atención así que sin esto puesto. 

Había muchas miradas puestas en nosotros pero después de un rato seguían su paso, era un poco incómodo pero al menos era mejor que estar rodeada de todas esas fans del maldito pajarraco.

Tomamos el ascensor y nos dirijímos a la tercera planta, seguí a Keigo hasta que llegamos a una tienda donde habían mochilas y algún que otro bolso.

—Bueno—se giró hacia mí—Empezaremos con la mochila porque así podrás meter lo que vayas comprando en la mochila, y entonces no tendremos que pagar esas bolsas tan caras—sí, mi hermano ahorra hasta el último centavo teniendo en cuenta que si el quisiese podría comprar la empresa entera de bolsas.

En fin, hoy iba a ser un día largo.