Cowgirl

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Cuatro días pasaron. Cuatro días que transcurrieron de la misma manera: Emma desaparecía durante todo el día con sus jóvenes internos, y solo volvía al mediodía y por la noche para comer.

Regina, por su parte, pasaba la mayoría de su tiempo en los establos, cogiendo afección por un poney Shetland, que había llegado al rancho herido por un propietario negligente y de carácter. El animal se mostraba temeroso, y a veces, violento. Emma lo había recogido y quería ocuparse de él. Pero ocupada con los niños, no había podido hacer lo que deseaba. Y tras haber hablado de ello con Regina, esta última se había propuesto para rehabilitarlo.

A pesar de algunas reticencias por parte de la rubia, finalmente aceptó. Después de todo, había que ocuparse de él. Así que, de repente, al igual que Emma, Regina pasaba casi todo su tiempo en el exterior: se marchaba por la mañana y se ponía a limpiar los boxes. Después intentaba ganarse a Red Apple. Y había que reconocer que ella tenía ese feeling que solo Emma tenía con las bestias, al menos es lo que pensaba Ruby.

–Entonces, ¿cómo va con Red Apple?–le preguntó la bella morena durante el almuerzo

–Oh, cada vez mejor. Acepta por fin la comida de mi mano...

–Wow...¿De verdad? Ese Shetland trae una pesada mochila. Su propietario era un verdadero cabrón...

–Hay gente que no debería tener animales...

–Emma dice que una persona es buena en el momento en que ama y cuida de los animales. Creo que si ella hubiera tenido a ese tipo enfrente, sus joyas de la familia estarían colgadas en su tablón de caza–rió Ruby

–¿Un tablón de caza? ¡Joder!

–Emma no es muy fan de lo...Masculino

Regina reparó en eso: ¿lo masculino? ¿Qué querría decir eso? No tuvo tiempo de insistir en la cuestión, pues Emma llegó en compañía de Nell.

–Siento el retraso...

Se sentaron a la mesa y comenzaron a comer cuando de repente, Nell lanzó una frase que dio inició a las hostilidades.

–¡Hoy es sábado!

–Sí, ¿y?

–Bah, es esta noche, ¿no?

Regina echó una mirada discreta hacia Emma y vio que esta se tensaba ligeramente.

–Jajajajaj, pues sí, es LA gran noche del mes– comentó Ruby dándole un codazo a Emma

–Cierra la boca...–gruñó discretamente la bella rubia. Miró a Regina y vio que esta dibujaba una débil sonrisa –Es...No iré de todas maneras

–¿Cuál es entonces ese gran secreto?–preguntó asombrada Regina –¡Nunca he presenciado tanto drama por una sencilla noche de sábado!

–Francamente Emma, Regina tiene razón. Solo es un bar donde...

Emma se levantó de un salto, deteniendo toda conversación.

–Me tenéis harta–dijo para después abandonar la mesa y dejar a Nell, Ruby y Regina estupefactas.

–¡Sinceramente...Todo esto por una sesión de canto!–soltó sin más la bella morena.

–¿De canto?

–Sí, un sábado al mes, hay una noche de karaoke y a veces hay grupos que pueden ir a cantar. ¡Emma es la estrella!

–¿La estrella? ¿En serio?

–Canta muy bien. ¡De verdad, eh!

–Interesante...–murmuró Regina –Y supongo que está prohibido ir a verla, ¿no?

Rodeo LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora