Cumpleaños

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¿A qué niña no le gustaría celebrar su onceavo cumpleaños en un rancho en medio de animales y de una esplendorosa naturaleza? ¿Rodeada de personas que no querían sino su bien y cubrirla de regalos...?

Pero Nell no era una de esas niñas. Tampoco tenías las preocupaciones de las adolescentes de su edad. No, lo que ella quería nadie podía dárselo ya. No era idiota, sabía que un deseo no podía traerlos de vuelta y que los viajes en el tiempo no eran posible...No, las cosas jamás serían las mismas...

–¿Nel? ¿Estás ahí?

Emma había llamado a la puerta de la habitación de la pequeña, algo que hacía muy raramente. Nell estaba sentada en su cama, con un libro en la mano.

–Sí

Emma entró y le sonrió

–¡Hey, hola!– se sentó a su lado –Feliz Cumpleaños– Nell frunció el ceño –¿Qué?

–¿Nada de fanfarria, banderines, cotillón? Sorprendente...

–Eh, no soy una insensible. Sé que este día no es fácil para ti.

–...

–Así que te prometo que no habrá fiesta, ni globos ni música. Solo quiero este día esté dedicado a ti. Es tu día, puedes hacer lo que quieras.

–¿De verdad?

–De verdad. Pide y, en la media de lo posible, lo haremos– sonrió Emma

–¿En plural?

–Bah, Ruby y yo

–¿Y Regina?

Emma se tensó

–¿Regina?

Nell suspiró

–Me cae muy bien– Emma sonrió –Además, ya sabes, es guay

–¿Guay?

–Sí. Ok, es una estrella de la canción, pero es simpática

Emma le desordenó el cabello amigablemente.

–Venga, prepárate. ¡Tu día especial comienza con compras compulsivas!

–¿Puedo comprar todo lo que quiera?

–Siempre que entre dentro de los razonable, por supuesto

–Por supuesto. ¿Regina también viene?

–¿A qué viene esta fascinación por ella?

–Bah, por nada...Podría estar guay una salida solo de chicas, ¿no?

–Podrías haber mencionado también a Ruby

–Bah, ella también puede venir, si quiere–sonrió Nell

–Ya hablaremos, ¿ok? ¡Mientras, vístete!


Regina se levantó con una única resolución: era el día de Nell, se lo consagraría a ella por entero. Con eso en perspectiva, para nada debía ponerse en la situación de la víspera con Emma. Primera cosa, no debía volver a encontrarse a solas con la bella rubia. Debía volver a las interacciones más básicas, no...Más neutras.

No debía hacerle creer que podría pasar algo. Para nada, ya no era algo plausible.

Con esa óptica, se levantó, se preparó y bajó al salón donde se encontró con Ruby, Emma y Nell. La madre de Milo y este último habían decidido estar solos, el pequeño estaba incubando una fuerte gripe.

Rodeo LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora