Un juego peligroso

966 138 21
                                    


Cuando Regina se despertó, notó la cabellera pelirroja de su hermana haciéndole cosquillas en la nariz. Intentó incorporarse, pero el peso de Lena sobre su torso se lo impidió. Pero, a fuerza de revolverse, la pelirroja incendiaria se despertó por sí sola.

‒ Hm...Gina...Duérmete...

La bella morena sonrió: a veces su hermana podía ser una mujer fatal y una niña inmadura al mismo tiempo.

‒Levanta...

‒Hm...No...

‒Dudo que mi vejiga sea tan holgazana

Con un gruñido animalesco, Lena rodó sobre un costado y liberó así a Regina que se dirigió, sin esperar, al baño. Cuando salió, Lena dormía profundamente. Se puso, entonces, su ligera bata y bajó, encontrándose a Emma en el salón garabateando algo.

‒Hey, gola...¿Has dormido bien?

‒Como un bebé, ¿y tú?

‒He tenido visita, así que poco sitio.

‒¿Eh?

‒Mi hermana. Se apoderó de mi cama.

‒Hm...

Regina se acercó y se puso tras la rubia. Le depositó un beso en lo alto de la cabeza.

‒¿Qué estás haciendo?

‒Hm, nada, dibujo

‒No sabía que dibujabas

‒Oh, son más bien garabatos azarosos que arte de verdad...

Regina sonrió y se agachó para estar a la altura de Emma. Esta se giró hacia ella y le sonrió antes de depositar sus labios sobre los de ella.

‒Hm...Me gusta esto...

Regina sonrió pegada a sus labios.

‒A mí también.

‒¿Crees que sobreviviremos a la llegada de tu hermana?

‒Tengo más miedo de no salir indemne al combo Lena-Ruby

‒Te vuelvo a pedir disculpas por lo de anoche. Ella también tuvo lo suyo...

‒Oh, no te preocupes, supongo que han estado madurando un plan maquiavélico para arruinarnos la vida y avergonzarnos hoy...‒sonrió Regina

‒Saldremos de esa...

‒He logrado escapar a un psicópata que me seguía desde hacía meses, sobreviviré a esas dos diablas en minifaldas. Aunque tengo mucho más miedo de ellas que de él.

Emma rió.

‒¿No piensas que su llegada es un riesgo suplementario? Quizás, él la ha seguido...

‒Ella está bastante preocupada por mí para ponerme en peligro.

‒Ya...

‒Hey...‒Regina se enderezó y se deslizó sobre las rodillas de Emma a modo de amazona. Esta última la rodeó con sus brazos ‒No tengas miedo. Sé que, pase lo que pase, tú me protegerás, ¿no?

Emma hundió su nariz en el hueco del cuello de la bella morena y se embriagó con su dulce perfume antes de depositar un ligero beso en su piel, lo que estremeció a Regina. Esos pequeños contactos carnales atizaban a la morena y satisfacían un deseo que no había sentido desde hacía mucho tiempo. Así que, ella inclinó ligeramente su cabeza para dejar un poco más de espacio a los labios de la bella rubia, mientras que una de las manos de esta última se posó sobre el esculpido muslo de Regina, subiendo milímetro a milímetro hasta rozar los límites del short que llevaba puesto la bella cantante.

Rodeo LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora