- 𝒔𝒊𝒏𝒔 | hange zoe.

dos

...

El día tan temido había pasado, despedirte de tu mejor amiga había sido una de las peores etapas que pasaste durante el tiempo que estuviste en el internado. Lo que más temías había regresado nuevamente; la soledad.

Annie, ¿donde estás?, ¿que haces?, ¿me recuerdas?.

Probablemente estaría en su casa disfrutando de las vacaciones, comiendo deliciosos platillos y nadie le prohibiría su libertad ni su forma de ser.

Por otro lado, ese mismo día llegarían las nuevas alumnas, siempre que llegaban nuevas te daba una jaqueca, recordabas todo lo que debían de pasar para poder acostumbrarse a aquel lugar tan frío.
Saliste de tu habitación dispuesta a llegar temprano a tus clases, caminaste unos cuantos pasos cuando una compañera tocó tu hombro, a lo que volteaste mientras ambas seguían caminando.

- ¿Estás bien?.- dijo aquella carismática chica de cabello castaño mientras mantenía una sonrisa tratando de dar un ambiente menos pesado.

- Claro.- abriste los ojos mientras decías eso, nunca nadie te había hablado por cuenta propia.- ¿por qué no lo estaría?.- volteaste tu vista al frente y te diste cuenta que faltaba poco para llegar al aula en donde estarías recibiendo tus clases con la chica que venía a la par tuya.

- Mmmh... ayer se fue tu mejor amiga, ¿no?.- volteo en busca de una respuesta, a lo que solo te limitaste a agachar la cabeza, al no escuchar ninguna palabra emitida de tu parte volteo su vista nuevamente hacia al frente.- se lo que se siente que tu mejor amiga se valla de este lugar, sobretodo porque te hizo compañía por muchos años, ¡pero hey! Yo puedo hacerte compañía si quieres.

Giraste tu cabeza hacia ella y veías como sonreía sinceramente.

"Y aunque me hicieras compañía, seguiría sintiéndome vacía" pensaste en tu interior. Sonreíste de lado, una sonrisa forzada a decir verdad y respondiste con un "mmju " finalmente.

Estaban por llegar al aula de clases cuando una de las tantas hermanas que se encontraban en ese lugar se paró al frente de ambas. La expresión seria y 'firme' de todas las que estaban ahí era lo que más te aterraba, al verlas tu mente solo quedaba en blanco.

- No hemos dicho que vayan al salón aún.- dijo aquella señora castaña al frente, cuando de pronto cambió su expresión por una sonrisa al mismo tiempo que sus ojos se entrecerraban.- Recuerden que hoy a primera hora teníamos planeado recibir a las nuevas alumnas.

- S- si.- respondió la chica al lado tuyo.- Iremos ahi de inmediato, hermana.

La contraria inspeccionó a ambas de pies a cabeza, como buscando algo, mientras mantenía una ceja arriba y una mirada confundida.