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Visitar a su madre en este momento quizás sea el se sentimiento más cercano a la calidez. Jennie le obligó a no ir con taehyung, literalmente lo arrastró para que no lo hiciera.

Aunque jungkook se moría por ir y resolver las cosas y ser como antes.

—¿Quieres estar solo un rato?. —pregunta bajo. jungkook asiste. Deja las flores en las manos de su hijo para ir a caminar por allí. Según supo, tuvo un ataque de pánico en el baño. Una amiga de su hijo le informo por mensaje, no sabía que hacer o qué aconsejarle. Lo único que se le ocurrió fue intentar que jungkook pueda estar más tranquilo. —estare cerca.

Apenas su padre está unos metros más lejos, se encoje, se sienta en el pasto para dejar las flores.

—ya no se que hacer. —las acómoda por color. —intente todo.

Traga, se sentía pesado, como si tuviera espinas en la garganta.

—es que, siento que me ama. —baja la cabeza. —tu lo viste, fue caballeroso y me trato bien, como tú decías que tenía que ser pero ahora es... Diferente. —muerde su labio. Aprieta sus ojos. —no quiero olvidarlo. Él dijo que siempre podría encontrarlo, que se perdía por momentos. Le prometí que lo encontraría, no importa la distancia o donde.

Las flores se empapan. Ya no podía más, todo estaba sobrepasandole y se sentía tan desamparado. Enserio que no tenía idea de cómo seguir, seguir y seguir. No tenía la menor idea de cómo lo hacía. Pero no quería rendirse, no quería rendirse con taehyung.

—porfavor, dime qué hacer, mamá. ¿Como mejoro las cosas?. —sus dedos tocan el pasto. —se que me escuchas.

Si lo escuchaba.

—¿Hago las cosas mal?, Tal vez se enojo porque no recibí sus chocolates. —estaba mintiendo. Pero también estaba siendo duro consigo mismo. —porfavor dime, dame una idea, una esperanza, lo que sea, para no sentirme tan solo. —muerde su labio con desesperación.  —cualquier cosa...

Baja la cabeza. Necesitaba tantas cosas, quería tan pocas pero nada de eso importaba. El mundo estaba siendo demasiado duro, demasiado despiadado.

Al llegar a casa fue directo a su habitación, pensando que lloraría el resto de la tarde cuando... Cuando encontró un pastelillo en su mesa de noche.

Y lloro aún más.

Pero, de alguna manera se sentía acompañado.

No está solo.
















—¿Porque lloras?.

—no entiendo porque taehyung es tan malo con jungkook.

—jisoo, por favor...

—¿Viste como estaba en el baño?. —la pelinegra tenía todo el maquillaje corrido. Parecía un auténtico mapache. —estaba destrozado. —cubre con sus manos sus ojos y chilla aún más.

Estaban los cinco; Jennie, jisoo, jimin, Sakura y jin. Después de la escena en el baño quedaron reflexionando en eso. Todo el instituto susurra sobre eso. Así que estaban los cinco juntos. Intentando resolverlo.

Jimin consolaba a jisoo, mientras Jennie decía unas cuentas maldiciones y revisaba a ratos su móvil, por su lado Sakura se mordía las uñas y jin permanecía en silencio. Era claro que algo harían, el que es el dilema.

—vamos a hacerle lo mismo que le hace a jungkook, vamos a ignorarlo. —propone Jennie con impotencia.

—solo empeorara todo. —jisoo asiste en acuerdo a Sakura. No se extingue el fuego con fuego.

—¿Que propones entonces?, Tu eres inteligente, debes tener un plan. —jisoo le dice a la chica.

—es cosa de ellos... —aunque por dentro había quedado un poco choqueada por lo del baño. —si nos metemos sin saber que fue lo que provocó todo est-

—¡Tú fuiste quién lo provocó!. —jennie le encara. Jin sostiene a su chica.

—¿Disculpa?.

—¡Todo esto es tu culpa!, Y lo sabes, mejor que nadie. No te hagas la tonta. —le apunta, casi escupiendo sus palabras.

—yo conocía antes a taehyung, es jungkook quien no lo conoce. —se levanta, sacando el brazo de jin de sus hombros. —¡Fue jungkook quien acepto todo sin dudar y jamas se hizo valer!.

—¡Pero fuiste tú quien hizo dudar a taehyung!, ¡Siempre lo manipulaba incluso más allá de la amabilidad!. ¡Tu lo convertiste en un insensible, igual a ti!. —las palabras resuenan.

—...

—lo sabes muy en el fondo, este taehyung es obra de tu egoísmo. Y quien paga las consecuencias es jungkook, quien menos culpa tiene. —la observa. —sabes que jungkook haría lo que fuera por taehyung, no significa que tengas el descaro de aprovecharte de su naturaleza.

Sakura guarda silencio. Todos allí están tenso. Entre lo de hoy, lo de pasado y lo que puede suceder hay un sabor amargo. Después de arrastrar a jungkook y obligarle a darle su teléfono porque estaba fuera de sí. Lloraba amargamente y pataleaba. Jennie no dejaría que se humillara. Todo salió de control cuando comenzó a romper los espejos del baño, y a dejar correr el agua del lavamanos. Todo por verlo, todo por intentar solucionar las cosas. Claro que logró salir, se las arregló. Jennie era fuerte pero no lo suficiente para soportar las patadas desde adentro. Cuando logró salir simplemente se tiró al piso con falta de aire y todo fue un caos. Un completo caos, seguro hablarían de eso por días. Entre cortes en las muñecas y su ropa mojada, lágrimas calientes y la sangre mezclada con agua llegó el padre de jungkook.

Jamás había estado tan seguro de algo, tan seguro de jamás volver a abrir la puerta a ese chico que dejó en tal estado a su hijo. No conocía a jungkook de toda la vida y no estuvo presente en su crecimiento pero sin duda su instinto protector le atacó fuertemente.

—lo lamento. —sakura baja la cabeza en vergüenza. Jennie la mira entre sorpresa y desprecio. ¿Estaba llorando?. —tienes razón. Es mi culpa todo esto.

Se escuchaba sincera. Jisoo sube su cabeza del pecho de jimin, mirando también a la chica.

—ya no tiene sentido que te disculpes, ya lograste toda la mierda que querías, te salió excelente, felicidades. —aplaude un par veces para tomar sus cosas, su mochila y su chaleco y irse. No quería escucharla, no cree sus disculpas, tampoco que este arrepentida o que esas lágrimas sean reales.

—hablo enserio, no estoy mintiendo. —levanta su cabeza, encontrando los ojos de jisoo. —no miento, jisoo.

—lo siento, pero tampoco te creo. —la pelinegra se levanta. Tomando su mochila, secando sus lágrimas y saliendo de allí.

Jimin la observa.

—no cometas los mismos errores... —le aconseja jimin. —yo si te creo.

Se levanta y se larga. Seokjin le extiende los brazos, estaba tan sensible que nisiquiera dudó en hundirse en ellos.

Estaba todo tan mierda, pero luego de todo, debía haber felicidad. En alguna parte del mundo. Almenos alguien la estába pasando mejor.















—soy ningning, bonito.

HERMAFRODITA; taekook SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora