𝑀𝑖 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 || (𝐼𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑂𝑏𝑎𝑛𝑎𝑖)||

Capítulo 1

Después de haber pasado toda la tarde encerrada mientras lloraba, salió por un malestar que sentía en su estómago sin poder contenerse más, la pobre chica vomito, no era la primera vez ya llevaba unas semanas así, la única sabedora era su amiga o eso creía.

—¿estás bien? Venía entrando y te escuche vomitando, ¿cómo te encuentras? Espera, ¿por qué tus ojos están tan rojos? —su hermana no respondió, por el vómito que se seguía aproximando.

—Sal, no quiero que veas, sal de aquí.

— No me iré estúpida, eres mi hermana.

— ¡Qué salgas! —el chico solo abrió sus ojos y resignado salió del baño cerrando la puerta, su hermana jamás le había levantado la voz de esa forma, con un poco de preocupación se sentó en el sofá a esperar a que ella saliera, luego de unos cinco minutos ella salió del baño, dirigiéndose hacia su hermano.

— ¿Tienes hambre? Puedo cocinar algo si quieres.

—Traje Pizza —dijo mientras señalaba a la mesa.

—Perdón, no debí levantarte la voz.

—Eso no importa ¿tú estás bien? Te miras pésima, ¿tomaste el día libre en el trabajo?

—Estoy bien, tranquilo —dijo mientras tomaba asiento al lado de su hermano y ponía su cabeza en el hombro del chico.

—¿Dónde está Genya?

—Se quedó con Himejima-san.

Él chico solo rodeó a su hermana en un cálido abrazó, ese era el consuelo que ella necesitaba.

El chico solo escucho un pequeño sollozo de parte de su hermana, hasta que cada vez eran más y más audibles para él, cuando él quiso soltarla para saber que le pasaba ella se aferró a la ropa de su hermano, llenándola de lágrimas completamente, cosa que al mayor no le molestaba.

—Si no quieres decirme que pasa está bien, para eso estoy aquí llora hasta que sueltes todo el mal que sientas.

Luego de un rato las lágrimas de la chica habían cesado, solo se escuchaban pequeños sollozos.

—Iguro terminó conmigo, y no tengo trabajo.

El chico apartó un poco brusco a su hermana y la miro con el ceño fruncido, mientras ella se frotaba los ojos.

—¿cómo qué terminó contigo? —parecía estar muy molesto.

—No lo sé, el solo me envió un mensaje diciendo que quería terminar con lo que ambos habíamos iniciado y me cito en la empresa para hacerme saber que había sido despedida.

—Y el maldito incluso lo hizo por un mensaje, ese hijo de puta me escuchara —el chico se levantó hecho furia de él sofá, su hermana como pudo se trenzo en él torso de su hermano tratando de detenerlo.

—Espera Sanemi, para no hagas una idiotez —dijo con un tono desesperado.

—¿una idiotez? ¡No es ninguna idiotez, nadie hace llorar aún miembro de mi familia!

Luego de unos minutos la chica logró calmar a su hermano y agradecía que el menor de ellos no se encontrará. Luego de eso le conto todo.

—Entonces me estás diciendo que él se va a casar y tu solo fuiste su muñequita o menos de eso. —pregunto furioso.

—Si...

—¿Y me estás pidiendo que no haga nada y solo vea como sufres por ese imbécil?

— Así es.

El chico volvió a abrazar a su hermana y depósito un beso en su cabeza.

—Si tú quieres que no haga nada, no lo haré, pero si ese maldito vuelve a acercarse a ti le voy a partir la cara, le prometí a mamá cuidar de ustedes, de Genya y de ti Izumi, así que espero y entiendas mi enojo.

— Tengo 23, ya no soy una niña pequeña.

— Siempre serás mi hermanita, respecto al trabajo, puedo buscar un puesto para ti en la empresa en la que me encuentro.

— ¿en serio? Me harías un enorme favor Nemi.

...