𝑀𝑖 𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑜 || (𝐼𝑔𝑢𝑟𝑜 𝑂𝑏𝑎𝑛𝑎𝑖)||

Capítulo 6

Entro a su casa un poco extrañada por el raro silencio que había en ella, y pues como no, seguido se escuchan los gritos de Sanemi y de Genya corriendo, el único normal era el menor de todos.

Siguió caminando tranquilamente hasta entrar a la sala y encontrar a los tres tirados en el suelo, mientras el televisor estaba encendido, los tres se habían dormido mientras miraban televisión.

Ella solo sonrió al verlos tan tranquilos y quietecitos, sacó rápidamente su celular para tomar una foto y agregarla a las demás que tenía de su pequeña familia, pero ella no se fijó en que él flash estaba encendido, haciendo abrir rápidamente los ojos de Sanemi, al instante en que el los abrió ella le indicó con su dedo que guardará silencio.

Sanemi se levantó lo más callado que pudo y sin moverse mucho para dejar dormir a los dos pequeños.

—Vienes temprano, no eh hecho cena aún —susurro Sanemi a su hermana mientras despeinaba su cabello.

—Podemos pedir una pizza.

—Claro, no hay problema yo invito — señaló la bolsa que traía.

—ah, lo manda Kyojuro, son pasteles, pruébalo —ella le extendió la bolsita y él la tomó para abrir y echar un ojo.

—Lo guardaremos para el postre de la cena, voy a pedir la pizza.

Sanemi tomó su celular y comenzó a llamar, ella solo fue a su habitación para cambiarse de ropa y estar más cómoda y tranquila. Luego salió de nuevo para sentarse al lado de su hermano que estaba mirando su celular ella puso su cara en el hombro de él.

Izumi giro su rostro hacia donde estaban los dos menores al ver como Genya se había levantado y trataba de despertar a su sobrino.

—Las bestias se despertaron.

Sanemi también miró a los otros dos.

—Ya veo.

Cuando el pequeño Aroon se despertó y miró a su mamá corrió a abrazarla y tirarse entre medio de ella.

—Hoy vienes temprano, es bueno — dijo mientras levantaba su rostro de las piernas de su madre dejando ver sus ojos heterocromáticos, pues eran igual que los de su padre, la diferencia era que no tenía un ojo verde y reluciente, tenía un ojo negro igual que los de su madre.

Izumi puso su mano en la cabeza de su pequeño mientras la masajeaba suavemente.

—Si, hoy vine temprano, parece que hoy estuviste jugando mucho.

—No tanto como con la tía Shinobu, el tío Sanemi se cansa rápido —respondió con su tierna voz.

—Si, él se está haciendo viejo —dijo en un tono burlista mirando a Sanemi.

—Cállate tarada. —se defendió de su hermana.

—También se ponen de muy mal humor cuando envejecen —Sanemi esta vez no respondió y sólo le dio un almohadazo. Aroon soltó una carcajada.

En ese momento escucharon el timbre de la casa sonar y Sanemi se levantó pues solo se podía tratar de la pizza, Aroon lo siguió hasta la puerta, para luego venir cargando él una pizza con la caja de palitroques encima.

— ¡Genya ven a comer!

— ¡Ya iré hermana!

Izumi tomó la pizza que cargaba Aroon y la puso en la mesa para luego abrirla y poner el queso encima, sanemi le paso los cuatro platos y comenzaron a servir las porciones.

Pará no estar aburridos pusieron una película y comían pizza a la vez mientras tomaban gaseosa.

—¿Quieren pastel? —preguntó Izumi mientras tenía un poco de comida en la boca.