La llegada

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El camino hacia donde me escoltan es silencioso, nadie habla, todos atentos y preparados para una próxima pelea lo que me mantiene alertó en todos los sentidos. Aún cuando todos tenemos casi la misma cantidad de tiempo caminando ellos no muestran ningún signo de cansancio y hasta lucen impecables, en cambio yo, soy un desastre andante, mi ropa está llena de mugre, el abrigo que llevaba quedó tirado en alguna parte del camino, ya no tenía función alguna.

Siguen pasando los segundos, los minutos, las horas y entonces caída la noche del tercer día luego de la pela, unas monumentales paredes se levantan a unos veinte metros aproximadamente desde donde estamos, quedó completamente impresionado pero aún así trato de mantener mis facciones tranquilas y serías, aún cuando se que estos hombre por el momento no me harán nada cualquier cosa puede pasar. Mientras nos acercamos más alerta estoy y la desconfianza aumenta más, pues no sé que me puede estar esperando del otro lado de aquellas puertas inmensas.

- No hables y no toques nada - Rosh estando al frente del grupo solo gira la cabeza a un costado para hablarme a su espalda.

¿Que es lo que hay ahí? ¿Por qué aún no me largo de aquí? ¿Quienes son ellos? ¿Que hago perdiendo días de mi misión? ¿Quien es la persona que se esconde detrás del nombre de mi madre muerta? Miles de preguntas pasan por mi cabeza, no tengo respuestas inmediatas, pero se que una vez que entre a aquel lugar todo cambiará y el problema es no saber si será para bien o para mal.

Una especie de sonido resuena y hasta pareciera que informa la llegada de grandes reyes, entonces las enormes puertas se abren y de ellos otro pequeño grupo sale, soldados, el que parece ser que está al mando se hacerca a Rosh, intercambian miradas y hablan en un idioma desconocido ¡¿Que están diciendo?! Y entonces me miran, Rosh con un deje de orgullo y seriedad y el soldado a su lado con asombro ¿Que está pasando acá?. El grupo de soldados se divide a la mitad y nos dan paso para entrar, mi acompañantes siguen serios pero los noto más tranquilos ¿será su ciudad?. Al entrar lo hacemos lento, ellos ya no llevan prisa y eso solo hace que este en contante alerta porque a partir de ahora no se que puede llegar a suceder.

Cuando entramos inmediatamente tengo la vista de una enorme ciudad que termina a grandes kilometros desde el punto dónde estoy parado, parece ser que termina en unas montañas, al estar de noche no distingo bien gracias a las farolas de la calle de piedra y las luces de las casas, todo parece estar en un perfecto orden, lo cual me inquieta.

- hey! Tranquilízate, puedes mirarte sereno y seguro, pero tus emociones me hacen doler la cabeza y no va a pasar mucho para que alguien más lo noté, no tienes que preocuparte por nada hasta que lleguemos al palacio - el peli blanco me habla y me sorprende al escuchar que mis emociones son percibidas por ellos, esto no se enseña en mi ciudad.

Paramos en una casa, dos pisos, algo antigua, todos menos Rosh agarran caminos distintos dentro de la casa, supongo que será su vivienda, me giro hacia mi acompañante a punto de largar todo y tratar de sacarle información, pero él solo niega y me dice que tenga paciencia, me guía hasta una habitación y luego se va.

La habitación es chica, una pequeña cama a un costado, un mueble al otro y una ventana al frente mío, al sentarme en la cama y notar lo cómoda que es mi cuerpo automáticamente se desinfla y me exije descansar como corresponde al no poderlo hacer bien todas estas noches, me acuesto y mi cuerpo lo agradece pero mi cabeza sigue maquinando.

¿Que estoy haciendo acá? ¿Por qué siento que todo esto me es familiar? ¿Que pasará mañana? ¿Que haré con mi misión? ¿Quien está a cargo de todo esto?.

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