[1] - Encuentro

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Aún de pie, fue consciente del fuerte hedor de su propia sangre, e instintivamente dirigió la falange de su pulgar debajo de su nariz para conseguir de alguna manera poco efectiva detener el sangrado que corría sobre sus labios y le daba un mal sabor de boca.

Sonrió al darse cuenta que corría más sangre de la que esperaba, y su adrenalina se elevó inesperadamente haciendo que sus latidos se volvieran más erráticos.

Sus manos temblaban debido a la combinación del frío y del contexto que la rodeaba, pero se animó a sí misma y volvió a apretar sus puños cubriendo su mentón.

Inhaló con fuerza, doliendo cada maldita fibra de su lastimado pulmón.

Exhaló con brutalidad, formando un denso vaho en aquella noche nevada.

Algo andaba mal.

Las malditas reglas no se estaban cumpliendo, y nadie estaba interviniendo.

Estaba más que claro que ella no lograba simpatizarle a todos, pero objetivamente era ella quien había demostrado su superioridad en la pelea, y no el idiota al que había conseguido dejar tendido momentáneamente en el piso.

Y sin embargo, aún no se daba por concluido el enfrentamiento.

Ella supo entonces que al igual que su rival, tendría que usar su don para dejar en evidencia lo que era capaz de hacer, pues a esas alturas, parecía que no sólo se trataba de demostrar la velocidad de sus movimientos, sino de lastimar permanentemente a su rival para que no volviera a las pistas.

Sintió lástima por él, pero luego de observar brevemente a Giran y obtener su perturbadora sonrisa que envolvía un cigarrillo a medio fumar, la mujer regresó la vista al muchacho que apenas era un crío, y no pudo evitar imaginarlo teniendo una buena vida si hubiese tomado mejores decisiones a lo largo de sus cortos años.

Concluyó que lo mejor que podía hacer por él para minimizar los daños era cortarle un par de dedos, y motivada por aquel plan, comenzó a retroceder mientras el mocoso aún continuaba arrodillado, tosiendo, y mascullando insultos.

Y casi como si los idiotas que le rodeaban le hubiesen leído los pensamientos, le acercaron un cuchillo...

El contacto con el acero se sintió incluso más frío de lo que ya estaba el ambiente, y el sujeto que le habría ayudado a sostener el arma notó el temblor de la mano de la mujer.

Pero aún con toda la situación que la rodeaba, ella esperó un segundo a que su rival se pusiera de pie como una extraña señal de respeto, y él le observó con algo de terror sabiendo que ya no habría mucha más esperanza para él, pues a diferencia de él, ella parecía tener una particularidad útil en combate a distancia.

Entonces, el último movimiento de la mujer antes de lanzar el cuchillo sería observar su reflejo en aquel brillante metal que sostenía con su mano derecha, recordándose a sí misma que todos los sacrificios que hacía algún día valdrían la pena.

Recordándose también que ella luchaba por los sacrificios de otros en el pasado.

Pero incluso en aquel mismo instante, sólo hubo un caos que logró detener el corazón de la inquebrantable mujer, quien absorta al único movimiento de su arma, vió caer lentamente el objeto al suelo y generar un estridente eco en aquel abandonado edificio donde todos se encontraban... Incluido aquel héroe al que nada de lo que ella pudiera arrojarle podría causarle daño alguno.

—¡TODOS AL SUELO!

Ella parpadeó perpleja entonces unos breves segundos en un intento de procesar lo que sucedía a su alrededor.

Red Riot se había interpuesto en su camino, impidiendo que el cuchillo atravesara la mano de su condenado rival, quien ahora estaba siendo interceptado por un misterioso sujeto al que ella jamás había visto, y ambos desaparecerían de la escena llevándose consigo a Giran y a otros contados sujetos.

Direct to you [Katsuki Bakugō X OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora