En el mes del orgullo queremos mostrar la diversidad que forma nuestra sociedad. En esta antología podréis encontrar representación muy diversa con toques de fantasía, acción, romance, narrativa juvenil, humor, etc.
¡Déjate cautivar por el brillo ar...
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Todas las jóvenes del pueblo, a excepción de Geneviève, estaban llenas de excitación. Los Videla habían organizado un baile para encontrar una muchacha y unirla en matrimonio con su hijo, Anaximandro. Era el año 2018, pero los habitantes del pueblo vivían como si de la era victoriana se tratase.
Los Videla eran los más importantes, y todo el mundo los quería y respetaba. Don Francisco había fallecido por causas naturales hacía un mes, y la familia había decidido que era hora de casar a su hijo y hacerle realmente hombre de la casa.
Las chicas en edad de casamiento se preparaban ansiosas y con la esperanza de ser la elegida, pero Geneviève no podía estar menos animada. Odiaba esas estúpidas costumbres de su pueblo y quería volver a la ciudad, donde su pareja la esperaba, lo antes posible. Pero no podía avergonzar a su madre, y se vio obligada a asistir al baile.
La casa era hermosa, y todas las chicas estaban guapísimas. Gen se comportó lo mejor que pudo, de la manera más elegante y educada que supo, puesto que ella sólo iba al pueblo durante las vacaciones y no estaba acostumbrada a aquello.
Tras un largo rato, se vio delante de Anaximandro, su amigo de la infancia, quien le pidió que bailara con él. Gen aceptó, y mientras se movían al ritmo de la música, se encontró hablando de lo poco que le gustaba estar ahí y que echaba de menos su apartamento en Madrid. Habló de lo hermosas que estaban todas las jóvenes e incluso le dijo con cuál se debería casar según ella. Era consciente de lo que decía, y pensó que debería callarse, pero se sentía a salvo hablando con Anaximandro, que al fin y al cabo era su amigo. Cuando terminaron de bailar se sonrojó un poco y él la miró con una expresión que la chica no supo descifrar.
Geneviève salió al jardín a tomar el aire y cuando volvió al interior de la casa, su mirada se topó con la de Anaximandro, quien se acercó a hablar con ella. La joven lo notó más tímido y nervioso que al principio de la noche, y pronto descubrió el motivo.
Al día siguiente, los Videla anunciaron que su hijo había decidido casarse con Geneviève Cánovas, causando la envidia de muchas de las jóvenes por haber elegido a una chica que ni siquiera vivía en el pueblo, y algunas incluso jurarían que era lesbiana. Esa misma noche se celebró la boda y la nueva pareja fue a pasar su luna de miel fuera del pueblo.
Aquella noche del baile, Anaximandro le confesó su mayor secreto, le contó que era arromántico y asexual, y le pidió consejo porque no sabía cómo afrontar aquella situación. Gen le ofreció una posible solución, que era fingir un casamiento, y luego mudarse a la ciudad donde ella podría seguir su vida con su novia y él empezaría una nueva, porque aunque estaban oficialmente casados, lo único que los unía realmente era la amistad.
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