Introducción: Juego de celos

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Entró al instituto, como siempre, buscando a Zayn con la mirada. Y lo encontró. La sonrisa desapareció de su cara en cuanto lo vio, con ella otra vez.

Amanda.

Bajó la mirada y avanzó. No tenía oportunidad de estar con Zayn, estaba más que claro que a él le gustaba Amanda. No le gustaban los hombres, era obvio, ya que se comía a todas las chicas con la mirada. Pero bueno, de todos modos él ni siquiera sabía sobre sus preferencias. Entró en clase y se sentó en su lugar, tirando la mochila en la mesa de al lado donde Zayn se sentaba siempre, y las clases estaban a punto de empezar, así que no tardaría en venir.

Mientras estaba sentado en la mesa pensaba. «¿Por qué me he tenido que enamorar de Zayn? ¿Por qué me tienen que gustar los hombres?»

Bufó y puso los codos sobre la mesa, agarrando su cabeza de tal modo que sus mofletes quedaban hinchados. Zayn entró riendo y lo saludó con la mano. Entraba junto a Amanda. Luchó por no rodar los ojos, pero no pudo evitar bufar. 

—Maldita perra. —murmuró por lo bajo.

Niall y Amanda no se llevaban muy bien, porque ella era la típica puta, y además, Zayn sólo la miraba a ella, y eso, le jodía y mucho. Niall quitó su mochila de la mesa de Zayn, para que pudiera sentarse, pero él pasó de largo y Niall se quedó tieso, medio shockeado.

¿Dónde demonios iba? Giró la cabeza y lo vio, sonriente al lado de Amanda. «¡Y ahora se sentaban juntos!» Se giró de nuevo y tenía ganas de golpear la mesa y romperla. «Perra, perra, perra.» —se repetía internamente. «¡Él es mío!» Le daba tanta rabia. Estaba cabreado, con Amanda, con Zayn, con él mismo y con el mundo entero. No pensaba hablarle. No. Por haberlo dejado plantado. «¡Anda y que se joda!»

La puerta se abrió y por ella entró el profesor, para mejorarle más el día.

—Buenos días, alumnos. —saludó el profesor Mendez. Era un hombre de treinta y tantos, pelo negro, ojos verdes y musculoso. Niall lo encontraba atractivo, sí, pero no estaba de buen humor como para pensar en eso ahora. La puerta se abrió por segunda vez y todos estallaron en murmullos. ¿Eh?

Alzó la mirada y lo vio. Liam Payne, su compañero desde siempre. Atractivo, musculoso, simpático... Y gay. De ahí los murmullos. Ayer se le vio besándose con un hombre, y él mismo afirmó que era gay, pero que el hombre con quien se estaba besando simplemente era un rollo. Y lo dijo tan tranquilo. Eso sí que era echarle huevos. Y Niall lo admiraba mucho por aquello. Liam vivía su vida normal y orgulloso de ser gay, a diferencia de él, quien vivía enamorado de su "mejor amigo" que lo había cambiado por una chica, y nadie sabía que a él le gustaban los hombres.

—¿Puedo pasar? —dijo Liam en el umbral de la puerta, ignorando los murmullos.

—Adelante. —dijo el profesor señalando los pupitres, indicando que se sentara.

Liam buscó un sitio libre con la mirada. El sitio donde él se sentaba habitualmente estaba ocupado por Zayn, así que fue hacia Niall y lo miró. 

—¿Te importa que me siente? —le preguntó amablemente.

—Claro, siéntate. —dijo. No se esperaba ni que preguntara en aquella situación, pero lo hizo. Tan cortés como siempre. Se sentó al lado de Niall y se escucharon algunas risas por la parte de detrás.

—¡Los dos maricas! —gritó alguien. Los ojos de Niall casi se salieron de sus órbitas y enrojeció. La clase estalló en carcajadas, e incluso le pareció escuchar una risa conocida.

Se dio la vuelta aún sabiendo que sería peor, pero necesitaba comprobarlo. Zayn se reía, junto a Amanda. Y aquello le rompió el corazón. Los ojos de Zayn y los suyos conectaron, y Zayn dejó de reírse. Niall se dio la vuelta de nuevo. Esto era increíble. Zayn, su mejor amigo desde siempre, y por el cual estaba profundamente pillado, se reía de él.

Juego de celos | Ziall HorlikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora