3. Echarle huevos

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—Zayn, ¿estás en casa?

La voz de su padre hizo que me moviera de golpe, tirando a Zayn a un lado.

—Zayn, joder, tu padre. —dije preocupado.

—Al baño. —dijo rápidamente.

Cogí toda mi ropa y me metí en el baño de su habitación, mientras él se vestía rápidamente.

Entré en el baño y por instinto, me metí en la ducha.

—Zayn, ¿qué haces?

—Jugar a la consola. —respondió. Supuse que había vuelto a poner el juego.

—¿Podemos hablar? —su padre sonaba serio, demasiado.

Empecé a vestirme sin hacer ruido, ya que a la oportunidad que tuviera, saldría corriendo de esta casa.

—¿De qué?

—De lo que me han contado tus compañeros de clase. —dijo, y sonaba enfadado.

—¿Qué? —la confusión y el miedo en su voz eran palpables.

—Que me han dicho que vas de la mano con un chico, Niall. ¡Pero se puede saber en qué coño estás pensando? —escuché un golpe seco, y me estremecí.

—Papá, yo...

—¡Cállate! ¡No me llames papá! ¡Eres una vergüenza! —gritó, helándome los huesos.

Escuché un sollozo, y seguido de éste mi corazón se apretó, en mi pecho. Zayn...

—Lo amo, papá. —sollozó, y otro golpe, escuché el grito de Zayn, haciendo que todos los pelos de mi cuerpo se erizaran.

No... Por favor... Para...

—¡Eres un puto maricón, y eso no te lo voy a consentir. Vas a alejarte de él!

—No. —sollozó, y se escuchó un golpe en la puerta.

Estaba completamente vestido, podría salir, enfrentarme a él. Pero tenía miedo... Tanto miedo... Nunca había visto al padre de Zayn así... ¿Y si cagaba más las cosas?

—¡Eres un desgraciado! —gritó, y escuché como Zayn caía al suelo, llorando.

—Por favor, para. —sollozó, suplicando.

Y entonces fue cuando le eché mas huevos que nunca. Salí del baño y su padre me miró, absorto.

—¡Basta! —le grité.

Madre mía, Niall... ¿De dónde cojones has sacado tú los huevos para decir eso?

—¿Y encima te lo has traído para echar un polvo? —y encima se burló, y lo levantó tirándole del pelo y haciendo que Zayn pusiera las manos en su cabeza, a causa del dolor. Y nunca lo había visto tan vulnerable como ahora.

—No le hables así, no tienes ningún derecho a hacerlo. No tienes derecho a pegarle ni a hablarle así. —dije yo seriamente, con la cara roja de rabia, rabia al ver cómo aquel hombre le hacía daño al chico que amaba, el cual me había defendido a pesar de que lo estuviera golpeando.

—¿Sabes? Le echas huevos, Niall, no te imaginaba así, tienes más aspecto pasivo. Supongo que las apariencias engañan. —dijo, sin soltar a Zayn, quien seguía sollozando en voz baja, mirando al suelo.

—Suéltalo. —le dije, y para mi sorpresa, lo hizo, y lo primero que Zayn hizo fue abrazarme, y a la vez, sorprenderme, porque por una vez en mi vida veía su vulnerabilidad, era vulnerable, y mucho, y buscaba protección. Mi protección. Lo rodeé con mis brazos fuertemente, y seguía mirando a su padre.

—No quiero volver a verte, Zayn, tú ya no eres mi hijo. —dijo, de tal manera que hizo que me estremeciera, y Zayn sollozara en mis brazos.

Su padre salió de la habitación dando un portazo y Zayn rompió en llanto, provocando que yo lo abrazara más fuerte.

Fui incapaz de decir nada, porque no tenía palabras para describir lo que acababa pasar. Agarré sus piernas e hice que las enroscara en mi cintura. Me senté en la cama de modo que quedara sentado sobre mis rodillas y lo abracé.

—Quiero irme de aquí. —sollozó, y yo asentí con la cabeza aunque él no pudiera verme.

—Zayn. —susurré. Él me miró. Tenía el ojo morado y el labio hinchado. —Te amo, y quiero que sepas que pase lo que pase estaré a tu lado. —susurré, acariciando su mejilla. Hizo amago de volver a romper a llorar y volvió a abrazarme.

—No me dejes, Niall, por favor. —sollozó. Nunca lo haré... Nunca.

—No. —susurré, abrazándolo más fuerte.

***

—Te dejaré mi ropa. —dije. —A partir de ahora esta será tu casa, ¿vale?

—¿Qué piensa tu madre de todo esto, Niall? —murmuró. Desde que habíamos salido de su... De la que era su casa, no había logrado que sonriera ninguna vez.

—Te deja. —mentí. La verdad era que no se lo había preguntado.

—No se lo has preguntado, ¿verdad? —dijo.

—No. No está en casa, pero ya se lo diremos, ya verás como te deja. —dije. Estaba más que convencido de ello. Zayn suspiró y asintió con la cabeza, sentándose en mi cama. Me senté a su lado y agarré su mano. —Todo va a ir bien. —susurré acariciando su mano.

Él asintió, sin mirarme, y yo lo rodeé con mi brazo, haciendo que colocara su cabeza en mi pecho. —Me siento... Tan mal. —susurró. Haría lo que fuera para que te sintieras mejor...

—Shh... —susurré, moviéndonos a ambos e inclinándolo en la cama. Empecé a repartir besos en su cuello, mientras acariciaba su torso colando mis manos bajo su camiseta. Había limpiado su corrida con algo, pude notar. Se la quité y empecé a repartir besos por su abdomen.

—Niall. —susurró, y yo lo miré. —Por favor... —¿Qué? ¿Por favor qué? ¿No quiere esto? —Haz que me sienta mejor...

Acaricié su miembro. Eso haré, cariño, que toques el cielo con las manos.

Bajé sus pantalones y me dirigí directamente a su miembro, metiéndomelo en la boca. Gimió y apretó las sábanas entre sus dedos, inclinando su cabeza hacia atrás. Succioné y sentí cómo su miembro crecía cada vez más.

Gimió y abrió las piernas. ¿Quería ser el pasivo? Bueno, no iba a negárselo en un momento como este.

Me situé entre sus piernas y empecé a entrar, haciendo que gimiera, junto a mí.

—Niall... Gracias. —susurró.

Juego de celos | Ziall HorlikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora