9. Eres un guarro, ¿sabes?

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—Niall... Mi padre me matará si se entera de que soy gay. —dijo. Su labio inferior temblaba y no paraban de salir lágrimas de sus ojos.

—¿Y qué pruebas tienen, Zayn? —dije.

Se tragó sus sollozos, le costaba hablar a causa de éstos. 

—No lo sé. Sólo... Sólo me dijeron que se lo dirían si no...

Y se calló. 

—¿Si no qué?

Bajó la mirada. —Me metía contigo. —susurró. Oh... ¿Y qué coño tenía que ver yo en esto? Joder. Qué manía conmigo. Pero... ¿Y él y Amanda? No lo entendía. Yo... Pensaba que se gustaban, claro que luego él estaba conmigo y... Y... No entendía nada.

—¿Entonces no era por lo de ser popular?

—Sólo... Al principio. —susurró.

Asentí seriamente con la cabeza. No estaba muy contento con eso de todos modos. Además de que no entendía por qué su padre lo mataría. Es decir, vale, odiaba a los homosexuales, o... No sé. Algo raro. Pero joder, ¿por qué? Era su hijo. Si era gay, era gay. Y si lo quería lo entendería.

—Zayn, es tu padre. —dije.

—Niall... No puedo decírselo.

—Zayn, tienes que hacerlo. —dije. Negó con la cabeza rotundamente.

—No. Niall, me desheredará, me odiará... Me echará de casa. —se echó a llorar de nuevo y lo abracé. Mierda... Viéndolo así no podía enfadarme con él. Él no tenía la culpa de nada. Bueno... Quizás un poco... Pero igualmente, él tenía miedo. No sabía qué hacer. Simplemente era eso, incluso yo habría hecho eso. O... O no. A mi madre le daba igual, era su hijo y me quería, me apoyaba.

—¿Y qué? ¿Seguirás así siempre? —le dije, mirándolo cuando dejé de abrazarlo.

—No me odies... —susurró. Cerré los ojos con fuerza. No. No voy a odiarte, pero tampoco pretendas que siga así siempre. No voy a estar todos los días de instituto soportando sus insultos. Me levanté con mi pijama en la mano y me dispuse a irme a la habitación de mi madre. —¿Dónde vas?

—Buenas noches, Zayn. —le dije cerrando la puerta de mi habitación. Sabía que tal vez estaba siendo demasiado duro con él, pero también tenía que entender que yo no podía seguir así. Que él se metiera conmigo en el instituto y luego estar como si nada. No. Además, que se lo dijera a su padre era lo mejor para todos. No podía seguir mintiendo.

Cerré la puerta con pestillo, para evitar que entrara. Me puse el pijama, me tumbé en la cama y me dispuse a dormir. Se había hecho de noche muy rápido, o había tardado demasiado en ir y volver con Zayn.

***

Sentí algo acariciar mi espalda, de arriba a abajo. La reacción normal de una persona, sería asustarse, pero yo reconocía ese contacto perfectamente.

—¿Cómo has entrado? —suspiré.

—Con la llave que esconde en el marco. —me susurró él, sin dejar de hacer círculos en mi espalda. Me di la vuelta y se quedó con la mano en el aire.

—¿Y qué haces aquí? —ya estaba despierto del todo.

—Niall... No sé qué tengo que hacer.

—Pues no me lo preguntes a mí, porque mi respuesta siempre será la misma. —dije. Él bajó la mirada.

—Niall... —conocía ese tono de voz, el que usaba para convencerme de algo.

—No. —lo interrumpí. —Zayn, yo no puedo. No quiero. —negué con cansancio. —Elige. Soy yo... O ellos, Zayn. —me tumbé, recto, mirando al techo y con las manos sobre mi abdomen, esperando su respuesta. Supongo que elegiría a los populares. Supongo que su secreto iba sobre todo.

Juego de celos | Ziall HorlikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora