2. Siénteme

50 0 0
                                    

Terminamos de comernos la pizza y yo ya estaba un poco más calmado, a decir verdad. Mucho mejor que antes, desde que Zayn me llevó al baño.

Ahora ya habíamos terminado e íbamos saliendo del restaurante después de que se empeñara en pagarlo todo él.

—¿Quieres que vayamos a mi casa? —me preguntó.

—Hum... ¿No estará tu padre? —pregunté. Si la respuesta era un "sí", la mía sería un claro "no". No quería ver a su padre hasta que mi cerebro y mi cuerpo tuvieran fuerzas para hacerlo.

—No, está trabajando. —me sonrió. —De todos modos no tienes de qué preocuparte, Niall, a mi padre le caes genial... Aunque mejor que siga sin saber esto. —dijo.

Sonreí, un poco falso para mi gusto. Sí, me temo que eso es un poco improbable, por no decir imposible. Su padre lo sabía perfectamente, y eso era el principal de mis problemas y la causante de mi angustia.

—Ya, lo sé.

—Niall, te juro que se lo acabaré diciendo, ¿vale? Sólo... Dame tiempo. —dijo acariciando mi mejilla.

Asentí con la cabeza. Tranquilo, que no hace falta que te molestes...

***

Me llevó a su casa, y ahora estábamos en su habitación, jugando a un juego nuevo que se había comprado, aunque no me agradaba mucho jugarlo, ya que no sabía.

—Zayn, prefiero mirarte jugar. —dije.

—¿No quieres jugar? —preguntó dedicándome una mirada rápida para que no lo mataran.

—No. —dije dándole a salir del juego, de modo que la pantalla, de estar dividida pasó a ser pantalla completa.

Zayn siguió jugando, en silencio, aunque de vez en cuando murmuraba insultos, maldecía o decía "bien".

Y fue entretenido mirarlo, sí, durante la primera media hora, porque había acabado aburriéndome.

—Zayn... ¿Hacemos otra cosa? —murmuré, apoyando mi cabeza en su hombro.

—Espera a que acabe. —murmuró sin mirarme, concentrado en la pantalla.

Suspiré. Pasaron cinco... Diez... Veinte... Treinta minutos.

—Zayn.

—Espera. —dijo, sin prestarme mucha atención.

Me había cansado de seguir esperando. Empecé a repartir besos por su cuello y acaricié su espalda con mi mano.

—¿Qué haces? —murmuró, pero no dejó su juego.

Empecé a acariciar su miembro y mordió su labio inferior, pero siguió jugando, aunque estaba seguro de que tenía parte de su atención.

Su miembro empezó a endurecerse y lo liberé de sus pantalones y sus boxers, para acariciarlo de nuevo, sin tela de por medio.

—¿Dejas ya el juego? —murmuré, sensualmente, mientras acariciaba su miembro.

—Todavía no he terminado la partida. —dijo con la voz ronca.

Abrí mis labios, sorprendido. ¿Prefería jugar a ese estúpido juego antes que a mí? Indignado, me deslicé hacia un lado y me coloqué frente a él, me arrodillé y succioné su miembro, haciendo que gimiera.

Oh, ahora SÍ vas a prestarme atención.

—Oh... Niall. —gimió, y lo miré, dejando el mando a un lado y apoyando sus manos en el colchón, inclinando su cabeza hacia atrás.

Empecé a mover mi lengua en círculos sobre su glande, haciendo que gimiera, enloqueciendo, y queriendo llegar, y entonces paré y me levanté del suelo.

—¿Po-por qué paras? —dijo agitadamente.

—Hum... Creo que no has terminado la partida. —dije mirando la pantalla. El personaje estaba parado sujetando su arma.

Zayn salió del juego, no sin antes guardar, y me besó, tumbándome bruscamente sobre la cama y colocándose sobre mí. —¿Contento? —susurró, restregando su miembro erecto sobre mi camiseta, haciéndome gemir. Se quitó la camiseta y sentí sus labios húmedos sobre mi piel, succionándola y mordiendo sin piedad, haciéndome gemir.

—Oh... —gemí al sentir su mano cerniéndose sobre mi miembro, y agitándolo, para que se endureciera.

—¿Querías esto, Niall? —susurró en mi oído, mordiendo mi lóbulo. —Ya me tienes. —susurró, y yo gemí, sintiendo cómo restregaba su miembro contra el mío, creando una fricción perfecta y logrando que mi punta se humedeciera. Me besó y tiró de mi labio inferior, mordiéndolo levemente. —Quiero sentirte, Niall. —susurró.

Gemí, sintiendo como la apretada entrada de Zayn se ponía sobre mi miembro, y empujaba. —Oh, Zayn. —gemí, y lo miré. Su cara... Oh, Dios... Sintiéndome.

Se penetró, conmigo, y empezó a moverse, con las manos en mi abdomen, dando pequeños saltos para penetrarse a él mismo. Mantenía sus ojos cerrados y miraba hacia arriba, soltando pequeños gemidos que hacían que me excitara cada vez más.

—Ah. —gimió, cuando acaricié su miembro, queriendo darle más placer. —Niall. —gimió, tensándose.

Oh, llega para mí... —Hazlo, Zayn. —dije. —Córrete.

Lo hizo, ensuciando mi abdomen, y yo me corrí después, viéndolo. Su cara al llegar al orgasmo, su semilla empapándose, mi miembro en su interior... Y fue demasiado para mí. Me corrí, dentro de él, y gimió, alto, cayendo sobre mí, con la respiración agitada. Su sudor se mezclaba con el mío, y su semen seguía sobre mi abdomen, pero me daba igual.

—Niall. —susurró, cansado, y me miró.

Lo besé y acaricié su trasero, pasando mis dedos sobre su entrada húmeda por mi corrida, y mordí mi labio. —Te amo, Zayn.

Jamás dejaría que nada ni nadie me apartara de él. Nunca.

Juego de celos | Ziall HorlikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora