III. Oscuridad.

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El combate inicio de forma pareja. Por primera vez el coliseo se mantenía en silencio, todos querían prestar la máxima atención posible a quienes consideraban los mejores de su generación. Chris había sido entrenado por Mina, mientras que ChaeYoung por Momo, la heredera indiscutible del poder de Poseidón. No era una lucha cualquiera.

Hades se cruzó de brazos sobre su asiento, se encontraba entre Afrodita y Momo.

— Esa muchacha ha mejorado bastante. — Dijo él sin quitar la mirada de los dos jóvenes, ChaeYoung había hecho un grandioso movimiento al deslizarse entre las piernas de Chris. Fue cómico de ver considerando la discordancia entre la altura de ambos. — ¿Cuánto tiempo se la han pasado entrenando?

— No te lo imaginas. Ella está dispuesta a ganar.

Chris también está dispuesto a ganar, pensó Hades, él era uno de los que mejor conocía la determinación del muchacho.

Mina miró a su aprendiz que intentaba recomponerse del último golpe, sin embargo, eso no la detuvo para posicionarse tras él y patear su espalda, haciendo que Chris cayera por fin derrotado. Su pecho golpeó con fuerza el suelo y se alzó una capa fina de tierra ante el impacto. Fue necesaria esa medida o de lo contrario esa lucha se habría alargado innecesariamente.

¿Cuántas horas se la habían pasado entrenando? Aproximadamente seis y Hades había sido el único espectador. Admiraba la habilidad que Mina poseía, su armadura apenas tenía uno o dos rasguños, producto de los innumerables intentos del muchacho por derribarla.

La japonesa esperó unos segundos y después caminó hasta posicionarse frente al menor, poniéndose de cuclillas estiró su mano y la posó sobre la frente ajena intentando curar las heridas ajenas con mayor velocidad. — Lo hiciste bien por hoy. — Dijo ella al notar que Chris evadía su mirada con vergüenza. — Has mejorado mucho.

— No lo suficiente...

— Vamos, chico. Ni siquiera yo puedo vencerla. — Hades animó desde su lugar ganándose una sonrisa de la japonesa. — Creo que sólo Nayeon puede tenerte de rodillas.

La diosa ignoró las palabras del dios y volvió su atención al castaño. — ¿Mi padre te ha dado algún consejo nuevo? — Su índice señaló su armadura, la cortada que había en esta no era grande, por el contrario, era tan fina que pasaba desapercibida.

Chris poco a poco fue recuperando sus fuerzas y aceptó la mano de Mina que lo ayudó a sentarse. — Quiso enseñarme el arte de las cuchillas... él lo llama así, pero es algo vergonzoso decirlo en voz alta. — Admitió mientras sobaba su cuello.

— Arte de las cuchillas. — Repitió con cierta gracia. Nunca, en su larga vida, había escuchado algo como eso. Ares jamás se lo había mencionado. — ¿es... un invento de papá?

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