Capítulo Cuatro

5.6K 484 715
                                    

Cada persona tiene un pasado, ya sea bueno o malo, siempre acaba por definirnos y nos convierte en lo que hoy en día somos. Eso no quiere decir que nos aferremos o nos quedemos estancados en este, sino más bien que aprendemos de él, cada error o acción mala que cometimos se convierte en una enseñanza que nos ayuda en el futuro.

Conocer el pasado de alguien es conocer aquella parte vital de su vida que la hizo ser lo que es hoy en día, y que esa misma persona haya sido la que te confió su pasado, te da esa sensación de aceptación tan cálida, dando un paso más adelante en la relación.

Aquel pequeño pelinegro derrama una cascada de sus ojos azules, con sus lágrimas deslizándose por sus mejillas sin control alguno y con sus mejillas y nariz rojizas ante el llanto debido a la escena que estaba presenciando.

Sus padres se hallaban muertos en el suelo de aquella pequeña cabaña en la que ha estado viviendo desde su nacimiento, a escondidas de los ojos de los demás, con nadie conociendo su existencia en aquel mundo; o al menos así se suponía que debía ser.

A sus seis años, Sapnap tenía muy bien sabido que su simple nacimiento había arruinado las vidas de sus padres. No fue alguien planeado, ellos eran tan jóvenes y estúpidos, enamorados uno del otro a pesar de ser de diferentes manadas, ignorando la regla de no involucrarse con ajenos y sin ser conscientes del terrible castigo que conllevaba aquello.

A pesar de su nacimiento ellos quisieron cuidarlo lo mejor que pudieron, sin experiencia alguna sobre niños y construyendo una pequeña cabaña lejos de la ubicación de sus manadas para mantenerlo a salvo, con esperanza de que su secreto jamás fuera descubierto y en algún punto de sus vidas pudieran ser una familia feliz y libre.

Que equivocados estuvieron.

Sus padres pensaron en cómo podían prepararlo en caso de que algo malo les ocurriera. Su padre comenzó a impartir lo básico para la supervivencia en aquel bosque, pero era tan joven, que no importaba lo poco que le enseñó, todo sería inútil frente a los hombres lobos que le superaron en número.

No importaba que sus dos padres fueran los alfas de sus manadas, él jamás podría igualar el poder de ambos siendo tan joven y por tanto, no fue capaz de defenderlos cuando ambas manadas los emboscaron, descuartizando sus cuerpos frente a sus ojos puros e inocentes, sin importarles que estuviera presente, siendo un espectador de aquella escena tan horripilante.

Recuerda perfectamente el tiempo que tardó cavando en la tierra, creando dos hoyos lo suficientemente grandes para así enterrar los restos de sus padres, recuerda el olor a tierra húmeda debido a la lluvia una vez cubrió los cuerpos, recuerda el sonido de los relámpagos mientras se alejaba de lo que alguna vez fue su hogar, ahora sólo quedando cenizas gracias a la obra de los hombres lobos que no se conmovieron ante el gran amor que se profesaban aquellos dos.

Sus esperanzas de vida se disminuyeron, pasó semanas vagando por el bosque, refugiándose de la lluvia en una pequeña cueva que se convirtió en su hogar, temblando a horrores y con su estómago gruñendo hambriento. Se preguntó porque no lo mataron a él también, pensó que quizás hubiera sido mejor si nunca hubiera existido.

Él solamente quería una vida junto a sus padres, jamás pensó en involucrarse en una manada ajena, sólo deseaba estar con su familia, cazar juntos, vivir juntos, jugar juntos. Y ahora estaba solo, sin nadie a quien llamar familia, sin manada alguna.

No tenía razones para aferrarse a la vida en ese momento, es por ello que cuando los cazadores le encontraron, simplemente se limitó a verlos. Observó a ese chico de cabello castaño, portando un arma en mano que apuntaba directamente a su sien, con sus ojos fijos en su persona pero sin intención alguna de querer matarlo, sintiendo compasión de ese pobre cachorro de ojos azules, sin algún brillo en ellos, esperando que la muerte finalmente le librara de aquel infierno en el que estaba viviendo.

Incubus | KarlnapityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora