Momentos Junto A Ti

Relajación

Pov Eijirou

Los fines de semana, Katsuki y yo tenemos un momento de relajación personal.

Solo nosotros dos.

Bueno, aunque ahora Kohana también está con nosotros, y eso vuelve este momento aún más lindo y agradable.

Justo ahora, ambos estamos recostados en nuestra cama, con las luces apagadas, Kohana entre nosotros, y un sonido de lluvia de fondo.

Sinceramente, el sonido de lluvia es un tanto relajante, y es lo que solemos escuchar cuando nos estamos relajando.

Eso o música de piano, dependiendo de cómo nos sintamos.

En fin, después de habernos tomado un baño de agua tibia, nos pusimos una mascarilla relajante.

A decir verdad, Katsuki es el que se encarga de esta sesión, ya que él es el que más sabe sobre todo esto y cosas así.

Después de ponernos la mascarilla, nos dimos un masaje en el rostro con la mascarilla puesta.

Él me dio el masaje a mí, y yo se lo di a él.

Esto, para después reposar de 15 a 20 minutos.

En verdad amo esta clase de momentos con él.

Bueno, mejor dicho, amo toda clase de momentos que comparto junto él.

Creo que, en el momento en que te das cuenta de esto, es cuando aceptas que esa persona es muy importante para ti.

Sin embargo, con él, quería llegar a niveles superiores, quería tener aquello que nadie más tenia.

Ver esa clase de facetas de él, que quizás ni él mismo conocía.

Quería conocerlo completamente.

Por eso, desde hace años, me había confesado, y gracias a los dioses divinos, había sido correspondido.

Ese día recuerdo haberme ido a dormir con una sonrisa de idiota pegada al rostro.

Y al día siguiente, aunque tuvimos examen, seguía con aquella sonrisa.

Años más tarde, muchos años más tarde; me puse la meta de pedirle matrimonio.

Esto hace cuatro años.

Y es que, ya éramos felices, estábamos juntos, estábamos comenzando a cumplir nuestra meta de ser héroes, comenzábamos a tener una vida estable, así que, ¿Por qué no hacerle "la pregunta"?

Aunque he de admitir que fue un proceso largo el asimilar lo que quería, fue una de las mejores decisiones de mi vida.

El querer multiplicar nuestra felicidad, viviendo juntos, compartir aún más momentos y facetas juntos.

Esa era una idea que me fascinaba.

Había veces en las que nos quedábamos en la casa del otro, y en los momentos en los que despertaba a su lado, era uno de los mejores del día, así que, ¿Por qué no poder despertar así todos los días?

¿Por qué no tener el privilegio de despertar así siempre?

Bueno, no tenía ese privilegio cuando se enojaba y me mandaba a dormir al sofá, pero esos eran detalles.

Detalles que también tome en cuenta.

Sabía que ni él ni yo éramos, ni somos, perfectos.

Que ambos teníamos nuestros respectivos defectos.

Y que quizás tendríamos que aprender a lidiar con ciertas cosas, pero estaba bien; yo quería vivir con él el resto de mis días.

Estaba decidido.

Aún recuerdo el día en el que le propuse matrimonio.

Ese día le había pedido ir a escalar una montaña juntos; claramente con tiempo de anticipación, porque a veces de enojaba si le decía las cosas de último momento.

En fin, cuando llegamos a la cima de la montaña, mientras el veía el paisaje y celebraba haber llegado antes que yo; yo me tragaba mis nervios.

Quizás eso incluso había hecho que el tuviera una ventaja.

¡Ese día estaba que me moría!

Un verdadero hombre acepta sus errores, y es por eso que yo acepto que me estaba muriendo allá arriba.

El solo hecho de pensar que me rechazaría era... doloroso.

Pero, por el contrario, al pensar que aceptaría, me ponía tan feliz y aún más nervioso.

Que cuando me arrodille detrás de él, con el anillo en caja frente a mí, tartamudee un poco.

- K-Katsuki- recuerdo haberle llamado.

Él se voltio, y en cuanto me miro, podría jurar que dejo de respirar.

- S-Sé que no soy el mejor hombre, pero por ti quiero serlo, si me permites pasar el resto de mis días contigo, yo, prometo intentar hacerte feliz el resto de nuestros días.

Por días había planeado lo que diría, pero los nervios no me habían dejado pensar con claridad y solo dije lo que pensaba.

Sin filtro alguno.

Solo me había dejado llevar.

- ¿T-Te casarías conmigo?

En cuanto le pregunte eso, el comenzó a llorar.

Para después acercarse y decir que sí.

Amaba poder ver esas partes de él que nadie más podía.

Lo amaba a él.

Aunque después me dijo shine, pero eso solo volvió aquel momento más hermoso.

No lo sé, quizás en verdad estoy loco de amor.

Pero, en definitiva, jamás me arrepentiré de haberle pedido que se casara conmigo.

Ahora somos muy felices, incluso tenemos a Kohana, quien es adorable.

- Eijirou, es hora de retirar la mascarilla- comento Katsuki a mi lado.

- Muy bien, amor- le respondí.

Amaba nuestros días de relajación.