El omega despertó realmente temprano, era algo a lo cual ya se había acostumbrado, no sabía porque, pero su madre decía que dormirse un poco temprano, y despertar temprano le haría bien a su piel, y simplemente sería hermosos, y todos los demás tendrían que envidiar a la secta Yummeng Jiang, por tener el omega más hermoso del mundo.
-Debería prepararme... -Decía Wei Ying mientras se levantaba de la mesa en la que se encontraba sentado anteriormente, pero se detuvo cuando empezó a ver una silueta, afuera de su habitación, eso se le hizo raro, y avanzó hasta la puerta, quería ver quien era, pero cuando abrió la puerta solo se encontraba una canasta, cubierta por un papel y un lazo color rojo.
-¿Eh?
A continuación tomó el canasto y cerró la puerta tras suyo, camino hasta la mesa de su habitación, la verdad tenía mucha curiosidad, así que de una sola desató el lazo y vio una cosa que digamos no le gusto mucho.
A penas y vio a la criatura, que estaba moviendo su colita de la felicidad, casi que le da un infarto, era un perro, si un perro, uno de los animales que él consideraba monstruos. No podía gritar por temor a despertar a todos los demás, aunque, el perro no le estaba haciendo nada, pero aún así le tenía miedo.
-Bien Wei Ying..., recuerda..., si te lo dieron es un regalo, así que no te hará nada... -Se decía mientras el perrito trataba de salir de la canasta, Wei Ying seguía en un rincón de la habitación esperando que el perro no lo mordiera. Si se podía decir eso.
Habían pasado unos cinco minutos y el perrito cada ves se iba acercando más al azabache, mientras el antes mencionado estaba entrando en pánico. El perrito por fin estaba bastante cerca, Wei Ying estaba apunto de gritar, pensaba que lo iba a morder, pero ese momento nunca llegó, el perrito se sentó obedientemente y le lamió ligeramente la mano, al que se suponía ser su nuevo dueño. Wei Ying se sintió extrañado por esto, no era lo que los perros de la calle le hacían, cuando pequeño, esto era más ¿bonito? Le había gustado la manera en la que el perrito no le había hecho nada, y también la manera en la que se había sentado a esperar el mínimo contacto. Era extraño, raro, si muy raro, pero de alguna manera reconfortante, Wei Ying estaba luchando con uno de sus más grandes temores, y resultó no ser malo.
Cuando Wei Ying vio que el animal no era una amenaza, acercó un poco su mano al pelaje de este, su mano iba temblorosa, pero determinada, cuando el perro sintió el contacto se movió de manera lenta y no brusca, disfrutando el contacto. Wei Ying empezó a acariciarlo con delicadeza, y más confianza, el perro no le había hecho nada. Mientras que en su mente se decía.
—"El es diferente, no me hará nada..., puede que me proteja de los demás"—
Esos eran su pensamientos.
Definitivamente le había gustado el regalo, y con confianza tomó al perro en sus manos, como era un cachorro apenas, no pesaba mucho, y se le hizo fácil, empezó a caminar hacia la mesa, en lo que el perrito iba tranquilo. Una vez dejó al perro en la canasta, se decidió por ver la carta que venía con la canasta...
La vida trae sus espinas..., pero toda espina trae también sus rosas...
Wei Ying..., este es mi regalo para ti un perro llamado Yû (lluvia), no sé si te gustará. Si no te gusta, le tienes miedo, o algo siéntete libre de devolverlo, pero yo sé que el siempre te protegerá, esta bine entrenado, seguramente te ayudará cuando no esté presente, y todo, Yû es buen perro...
Con cariño...
Jin Zixuan.
-¿Tú que dices? Pfff... -Pregunto riéndose un poco el azabache, hacia el perro. -Un poco tarde ¿no? -Volvió a decir. -Aunque creo Yû será buen compañero, ¿verdad Yû? -Mencionó WuXian, a lo que el perrito ladró muy poquito, el azabache como una afirmativa, seguramente Yû estaría bastante tiempo con el.
........
Luego de unos cinco minutos Wei Ying se encontraba totalmente listo, hasta incluso había tenido tiempo para colocarle un lazo al Yû, y por obvias razones era el que había tenido la canasta, cabe aclarar que era bonito.
-Bien, Yû vamos con A-Cheng, seguramente se caerá de espaldas al verme contigo. -Se burló Wei Ying cargando al perro como un conejo, y al antes mencionado no le importaba, solo estaba feliz por el tacto de su ahora si declarado dueño.
.........
Con Wei Ying fuera de su habitación, no le costaba nada caminar unos cinco pasos para llegar a la habitación de su hermano, así que cuando caminos esos cinco pasos realmente sonrió de manera burlesca. Y con esa mismo cara burlesca toco la puerta frente a él. A lo que espero unos treinta segundo, para cuando escucho la voz de su querido hermano.
-¿Quién es? -Pregunto con una voz medio adormilada, Wei Ying sabía que era temprano, pero no tanto para que su hermano siguiera dormido, o simplemente tal vez el alboroto del día anterior le había afectado a su sueño.
-Soy yo A-Cheng, te quiero presentar a alguien. -Respondió Wei Ying.
-A-Ying, espera ya voy. -Dijo A-Cheng, ya con una voz mejor al ver que se trataba de su hermano, pero también se extrañó ante tal repuesta del "te voy a presentar a alguien" Y esa era la intriga.
Con eso en la mente abrió la puerta, encontrándose que con su querido hermano, A-Ying, sosteniendo un perro sin ninguna pizca de miedo en sus ojos. Definitivamente eso no era lo que se esperaba cuando él le dijo que le presentaría a alguien. Y tal y como predijo Wei Ying, su hermano se había caído de espaldas ante tal vista de él con un PERRO.
-A-Cheng, ¿estás bien? -Pregunto el omega, con cara de inocencia fingida, también tenía cara de que estaba a punto de estallar en risa.
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Continuará....Bueno con este capítulo quiero pedir disculpas por no haberlo subido antes, pero me había quedado sin ideas. Y era momento de inspirarse viendo algunas cosas, así que eso era.
Bueno y con esto último me despido y como siempre...
Bye Bye~
Si quieren que ponga algo en específico en la historia, escríbanme en este lugar de los comentarios plis ——>
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Madam Yu al Rescate
FanfictionDonde Madam Yu no es mala con Wei Wuxian, al ser este un omega, y ella una alfa, tiene el instinto de proteger al pequeño omega, desde que había sido adoptado, sintió como su ternura le derretía su corazón, a pesar de ser tan estricta y fría. Los pl...