𝒏𝒐𝒕 𝒉𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒊𝒓𝒌 | midoriya izuku

iv

estaba harto. Midoriya estaba harto, no podía soportar más la idea de conocer el segundo quirk de su amiga, aquel que lo hacía mantenerse despierto en las noches, incluso le había preguntado, y pues... no terminó demasiado bien.

— y/n-san, ya deberías dejar de esconder tu segundo quirk. no es... no es agradable que lo uses conmigo. —  fueron las palabras que salieron de los labios del peliverde, la castaña lo observó alzando una de sus cejas y riendo una vez el chico dejó de hablar, pero se detuvo al ver lo serio que se encontraba. — no puedo concentrarme desde ese momento, no es agradable, para nada.

— ¿de qué estás hablando, Izuku-kun? ¿segundo quirk? — ahora se veía más que confundida, Midoriya frunció el ceño con molestia, ¿tanto tiempo iba a esconderlo, tan poderoso y especial era su quirk o siquiera el nombre del mismo que nadie podía saberlo? 

—  ¡s-s-s-sí, el que se parece a control mental! — fueron sus palabras, sacó su pequeña libreta del bolsillo interno del uniforme de la UA, para buscar la página dónde hablaba específicamente del segundo quirk de y/n. — el que hace que a la otra persona se le impida pensar, dormir o a veces sólo piense en ti en ciertas ocasiones. — leyó lo que estaba escrito en su libreta, pasando su dedo por el texto para lograr guiarse. una vez terminó de leer, cerró la libreta, alzando la mirada para observar a la chica, cómo buscando una explicación sobre eso.

— es raro que tengas una página en tu libreta, para un quirk que no existe. — la castaña se encogió de hombros sin terminar de entender lo que el chico había querido decir, pues que ella supiera había heredado la telekinesis de su madre y el quirk de su pare ni siquiera se había presentado. — si me disculpas, tengo que ir a la pijamada junto a las chicas, Izuku-kun.

 y ahí estaba el peliverde, dando vueltas en su cama, desarmando la misma pues en su mente lo único que flotaba era la imagen de la castaña en distintas ocasiones, la manera en la que lo miraba, lo suaves que se sentían sus manos cada vez que hacían contacto con su piel o cómo le encantaría hundir su rostro en el cuello de ella y abrazarla la noche completa.

no podía dormirse, así que se levantó con molestia de su cama, colocándose sus pantuflas del ex símbolo de la paz, tomando su libreta y el bolígrafo que estaba caracterizado cómo su mentor, con aquellos dos mechones rubios.

salió de su habitación, cerrando la puerta detrás de él. tal vez podría preguntarle a las chicas, después de todo, sabía que y/n se llevaba bastante bien con ellas y seguramente estaban enteradas de su segundo quirk.

pero la idea de que y/n no le hubiera dicho a él porque le tenía poca confianza hacía su corazón escocer un poco, no iba a mentir.

tocó la puerta de todas y cada una de las habitaciones de la chica, sin recibir ninguna respuesta. todo hasta que llegó a la habitación de Yaoyaorozu, quién abrió la puerta sin terminar de comprender qué hacía el peliverde allí mismo. — Yaoyaorozu-san, me gustaría preguntarte ciertas cosas, ¿sería posi-...?

— ¡Midoriya-kun, es noche de chicas! — la voz de Ashido se escuchó desde dentro de la habitación, y estirándose solo un poco logró ver cómo la de piel rosada estaba terminando de maquillar a y/n. — no puedes ser parte de esto, ve con Kaminari-kun. 

y sin que pudiera decir otra palabra, le cerraron la puerta en la cara.