𝒏𝒐𝒕 𝒉𝒆𝒓 𝒒𝒖𝒊𝒓𝒌 | midoriya izuku

ix

— cuando la beses, no te cohíbas, a las chicas les gusta que seamos rudos. 

 las palabras de Kaminari se repetían en su cabeza mientras observaba a la castaña sentada sobre la isla de la cocina, con su mirada presente sobre él, alzando una de sus cejas con confusión. — ¿todo bien, Izuku-kun?

cada vez que la escuchaba decir su nombre, una boba sonrisa se hacía presente en sus labios. no entendía cómo había llegado a estar tan enamorado de la castaña, pero había sucedido y ya estaba cansado de no dormir.

— todo bien, y/n-san. — fue su respuesta, entregándole una galleta a la chica, sus manos colocándose a los lados de los muslos de la castaña, acercándose a ella. quería besarla, claro que que quería, relamió sus labios con anticipación.

pero... ¿era lo suficientemente especial hacerlo allí mismo, en la cocina de los dormitorios? no, no le gustaba la idea, así que retrocedió.

— te ves lindo — el peliverde se quejó avergonzado por lo bajo, sus manos a los lados de su cuerpo mientras sentía a la contraria acercarse cada vez más a su cuerpo, las manos de la chica sobre su cabello, intentando acomodar el mismo en dos pequeñas colitas. 

— ¿de verdad crees eso? yo creo que me veo tonto ahora mismo —ella negó rápidamente con la cabeza, la mirada de Midoriya cayó en los pechos de la chica, dándose un golpe en la mejilla con su propia mano pues no se suponía que debía estar mirando esa zona. — ¿no estás diciendo esto solamente para hacerme sentir mejor, verdad?

— claro que no, bebé —  bebé, bebé, bebé... como un eco en su cabeza. — de verdad te ves lindo. — y/n regresó a sentarse sobre su propia cama, observando el encantador y sonrojado rostro de Izuku entre sus manos.  se acercó, dejando un pequeño beso sobre la nariz.

Midoriya esperaba mucho más, cada vez que la chica se acercaba más de lo "correcto" a él, siempre esperaba un beso en los labios, teniendo mucha esperanza en cuánto a eso. pero no, nunca sucedía. suspiró con molestia, cruzando sus brazos. allí estaba ese cosquilleo en sus labios de nuevo. no le gustaba para nada, quería besarla de una vez.

— ¿quieres que usemos mascari-...? — la oración de la chica fue interrumpida al sentir sus manos ser atrapadas por las de Izuku, bajó su mirada hacia las cicatrices en las manos del muchacho, para luego subir la misma hacia su rostro, sus mejillas rojas y su ceño fruncido lo hacían ver adorable a sus ojos. 

sin decir ninguna otra palabra y armándose de valor, se acercó con torpeza para juntar sus labios con los de la chica, chocando los mismos con los suyos y comenzando a moverlos con desesperación contra los de la fémina. a pesar de que la sorprendió, las manos de y/n de inmediato se dirigieron hacia el cuello del peliverde, deslizándose hasta su cabello para pasar sus dedos por el mismo, desarmando las coletas que previamente ella misma había amarrado. las manos del pecoso recorriendo torpemente todo el cuerpo de la chica, deteniéndose en su cintura y apretando la blusa que llevaba en esos momentos.

se separaron para tomar aire, observándose por unos segundos. Izuku sonrió de lado, y antes de que pudiera hablar, sintió cómo la castaña se hacía espacio sobre su regazo, no tardando en pegar sus labios contra los de ella de nuevo, mordiendo su labio inferior para buscar acceso a su boca, jugueteando con su lengua. 

las manos de Izuku ahora cayeron sobre los muslos de la chica, apretando los mismos un poco. definitivamente ese beso había sido rudo, ¿verdad? había seguido el consejo de Kaminari y creía que estaba funcionando. se sentía en el cielo.

volvió a separar sus labios de los de la muchacha, sonriendo bobamente pues aquel cosquilleo en sus labios se había esfumado, al menos lo haría por unos segundos. — te-tenías algo en el-el rostro y quise quitár-...

—  sí, ajá, ¿quieres callarte y besarme? te ves más lindo así.

—  e-enseguida, su majestad.