Hace ya dos semanas desde que los médicos le dieron el alta a Mai y volvió a casa con nosotros. Y aunque aún le quedan cicatrices por el cuerpo del accidente, se ha ido recuperando súper bien.
Por otro lado, Eva y yo volvemos mañana a Los Ángeles para grabar la canción en la que hemos estado trabajando juntos durante casi tres meses.
Ahora estamos Bruno, Lucas y yo sentados en el sofá jugando a la play. Y otra vez que nos gana mi sobrino. No sé cómo lo hace el renacuajo, pero siempre consigue ganarnos en todos los juegos.
— Yo no juego más — tiro el mando cabreado.
— El tito no sabe perder — se ríe junto a su padre.
— Es que no es normal que ganes todas las partidas enano, seguro que haces trampas — le acuso.
— ¡Yo no hago trampas!
— Siiii
— Nooo — y seguimos peleándonos.
— ¿Y ahora por qué os peleáis niños? — nos pregunta Mai apareciendo con Eva en el salón. Las dos se han vuelto inseparables en estas semanas.
— El tito está diciendo mentiras sobre mí mami — dice triste lanzándose a los brazos de su madre.
— Ranita, ¿qué le haces a mi pequeño? — me riñe.
— ¡Pero si yo no le he hecho nada! — me defiendo.
— Hugo, deja de comportarte cómo un niño y ven a pedirle perdón anda — me regaña Eva también.
— ¿Tú también estás de su parte? — asiente cruzando los brazos. Suspiro y al final me acerco hasta Lucas — ¿Me perdonas por acusarte de ser un tramposo enano? — duda unos segundos, pero al final se suelta de los brazos de Mai para abrazarme.
— Sí, te perdono tito — nos sonreímos y me lo como a besos. Es imposible enfadarse con este renacuajo. Le voy a echar un montón de menos.
— Venga, vamos a preparar la cena — dice Bruno y se separa de mí para ir con sus padres a la cocina.
Me acerco lentamente a Eva sonriendo.
— ¿Qué? — me pregunta poniéndose nerviosa.
— Te vas a enterar — y sale corriendo hacía mi habitación para encerrarse allí, pero consigo entrar antes de que pueda cerrar la puerta. Empiezo a hacerle cosquillas y nos caemos sobre la cama.
— ¡No! Hugooo, paraa — sigo haciéndole cosquillas hasta que ya nos duele la tripa a los dos de reírnos tanto. Intento darle un beso, pero me aparta.
— ¡Oye! Dame un beso — se da la vuelta enfadada.
— No quiero, eres un idiota — ruedo los ojos.
— ¿Y luego me llamas a mí niño? — se ríe.
Al final vuelve a girarse hacía mí y me besa.
— No quiero irme Hu, me lo estoy pasando genial aquí contigo y con tu familia... — me dice triste — me han acogido súper bien y por una vez, me he sentido parte de una familia — la abrazo fuerte.
— Ayy mi niñaa — esconde su cara en mi cuello.
— ¿Qué va a pasar después de que terminemos con el proyecto? No quiero que nos separemos bebé
— Yo tampoco quiero separarme de ti por nada en el mundo Eva. Por eso estaba pensando en que podría irme a vivir a Los Ángeles contigo, si tú quieres claro... — se ríe — oye, ¿por qué te ríes?
— Pues porque yo estaba pensando en mudarme aquí a vivir contigo Hugo — la miro sorprendido.
— ¿Enserio?
— Sí — nos reímos.
— Vale, ¿y entonces qué hacemos?
— No sé Hu...por parte de Sam y Flavio sé que no habría ningún problema porque echan mucho de menos vivir en España. Pero tampoco quiero dejar a mi abuela allí sola — asiento acariciando su cara.
— Entonces me mudo yo a Los Ángeles
— ¿Seguro? No quiero que dejes a tu familia por mí
— No les dejaría cariño, vendría de vez en cuando a visitarles y así... — suspira abrazándome.
—Bueno, ya lo decidiremos, ¿no?
— Sí, aún hay tiempo — asiente — te quiero
— Y yo a ti — nos sonreímos y nos besamos.
Seguimos besándonos y dándonos mimos hasta que está lista la cena y vamos para la cocina.
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¿Se mudará Eva a Madrid, o Hugo a Los Ángeles?