DIEZCINUEVE/ ¿Fin?

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Del centro comercial salía rubius, con bastante seguridad y con una sonrisa, después de unos meses de pensarlo... no era tan mala idea casarse con el azabache, lo amaba realmente, era su destinado y lo había marcado, no era mucho problema para el simplemente decirle a la sociedad que era suyo.

Así que ese día madrugo antes de que el omega despertara para ir a comprar el anillo, lo habia visto antes pero habia negado un par de veces al no estar seguro si casarse o no. Esa misma noche invitaría a vegetta a comer en un restaurante elegante, todo tenia que salir bien, quería que fuera lo mejor que podía hacer por el ojivioleta, después de todo era lo que quería y el no podía negárselo, se sentia incapaz de hacerlo.

subió a su coche y como lo pensó, apenas se despertaba el omega, lo llamaba y el obviamente contestó alegre - mi amor, buenos días.

- buenos días rub - el omega estaba en la cama, despertó unos minutos antes pero al no notar al alfa y que el calor de su lado no estaba entonces lo llamo - ¿hace cuanto tiempo te fuiste?

- hace unas dos horas - rub apenas encendía el coche, tenía buen humor y eso era algo extraño, incluso para el omega al otro lado de la línea - ¿dormiste bien?

- si, un poco pero... - suspiro y se sentó en el colchón de la cama, mirando alrededor un poco receloso - sabes que no me gusta despertar sin ti.

- lo siento cariño, esto pasó de emergencia y no quería despertarte, ya voy para la mansión -  dio una señal con la mano y la camioneta y motos a sus lado comenzaron a moverse a su lado - ¿quieres que te lleve algo en compensación?

- Mmm - ladeo la cabeza pensando - tal vez un desayuno un poco dulce - sonrió.

- eso haré, llegó en una media hora - comenzó a conducir, guardo el anillo en la guantera del coche con una sonrisa - te amo.

- yo también te amo - vege se iba a levantar pero mejor no, rub colgó la llamada y solo le dejo una mala espina, algo raro pasaba, sus instintos se lo decían.

De un momento a otro la puerta se abrió de golpe, se habría preocupado de no ser por escuchar los pasos rápidos y un poco torpes de Danny - ¡mami!

- Daniel, ¿Qué te he dicho de abrir la puerta así cielo? - se sentó mejor en la cama, abriendo los brazos para que el niño fuera con el.

- lo siento mami - el niño fue con el, abrazándolo cuando lo tuvo a su alcance y disfrutando del calor que desprendía su progenitor.

Vege sonrió enternecido y se acomodó en la cama y con él el niño, encendió la televisión y los cubrió a ambos con la cobija - ¿descansaste bien?

- shi - su mirada pasaba de la ventana al televisor y de este hacia vege.

Este al menos tenía una sonrisa, sentía una necesidad de estar junto a su cachorro así que eso hizo, pasó todo el tiempo con él antes de que llegara rub, viendo algún muñeco animado o abrazando y minando al menor, sacándole risas y unas bellas sonrisas que calentaba todo su pecho.

Nunca pensó que entre tanta ira y maldad que tenía... Podía haber espacio para el amor, tanto amor incondicional para su alfa como amor único y especial, igualmente incondicional para su hijo, podía dar la vida por ellos dos, sin importar cual fuera el peligro.

Sentía que podía dar todo por ellos, no sólo por su instinto como omega, más bien por que así lo quería, lo necesitaba hacer si se diera la oportunidad... La voz de rub lo trajo de vuelta de sus pensamientos, llamando la atención también del pequeño niño. - vege, mi vida.

- no demoraste - el omega sonrió más si es que se podía, el alfa se acercó a la cama, el niño se acercó para abrazarlo luego bajo de la cama - ve a que María te de el desayuno cariño.

Kings\\ Mafia Au-omegaverse // Rubegetta +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora