Capítulo 4

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Capítulo 4

Eugenio miró a su esposa y notó su expresión de confusión y hasta enojo.

Con movimiento de labios le dijo que ya le explicaría.

Eu: Luz, calma... Tranquilízate por favor...

Rufi, Paloma y Gabriel habían salido a ver.

Pa: ¿qué pasa??

Ga: Luz... ¿qué te ocurre?? ¿estás bien?? ¿Papá...?

Eu: hay que darle espacio para que se calme... Ven, vamos a mi despacho...

Rufi: ¿le llevo un té para los nervios, licenciado...?

Eu: por favor Rufi, eres muy amable...

Rufi: enseguida...

Eugenio y Luz siguieron al despacho, y Rufi a la cocina.

Pa: mamá, ¿qué pasó...?

Ma: no lo sé, estoy igual que ustedes... (Cruzada de brazos y muy pensativa) Llegó Luz buscando a Eugenio y cuando lo vio...

Ga: cuando lo vio, ¿qué...?

Ma: empezó a llorar... En sus brazos...

El joven se preocupó y Paloma supo de inmediato que su madre estaba celosa.

Ga: quizás debería ir con ellos... Ya sé, le llevaré el té para Luz...

Pa: mamá... ¿tú estás celosa...? (Al quedarse sola con ella)

Ma: ¿y cómo no voy a estarlo? Ellos 2 se traen algo y yo no sé de qué se trata.

Pa: ¿algo?? Creo que estás exagerando... Eugenio es intachable...

Ma: ¿qué pasó...? (Cuando Gabriel salió del despacho)

Ga: no sé... No me dijeron nada... Pero evidentemente es algo que está afectando mucho a Luz...

Ma: el único que nos puede aclarar esto es Eugenio...

Ga: ¿qué les parece si seguimos con la cena...?

Pa: sí... Buena idea... Así Eugenio y Luz terminan de platicar... ¿no...?

Y tuvo que llevar casi que a la fuerza a su mamá a la cocina, porque ella quería quedarse a esperar a que salieran.

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A Macarena se le hizo eterna la espera. Necesitaba saber qué estaba ocurriendo entre su marido y Luz.

Finalmente, Eugenio apareció en la cocina.

Eu: Gabriel, ¿puedes llevar a Luz a su casa...? No está bien del todo...

Ga: por supuesto...

Pa: ¿quieres que te acompañe...?

Ga: sí... Vamos... No tardaremos...

Eu: gracias...

Rufi: ¿cómo está la señorita, licenciado...?

Eu: afectada por una situación personal, pero estará bien... Gracias por el té, Rufi...

Ma: ¿podemos hablar...?

Eu: sí... Vamos...

Rufi: ¿no van a cenar...?

Eu: cuando regresen los muchachos, Rufi... Gracias...


-Despacho-

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