CRUZADOS II

Capítulo FINAL

Capítulo FINAL

Desde que escuchó el mensaje de su hijo, a Eugenio le entró una de las emociones más grandes de su vida.

Agarró las llaves del coche y salió apresurado, apenas despidiéndose.

El camino le pareció eterno, pero no dejó de pensar en que pronto conocería a su bebé...

Se sentía como la primera vez, quizás porque hacía mucho del nacimiento de Gabriel... Y aunque ya era padre, sabía que ésta sería una experiencia sumamente especial.

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La misma emoción estaba sintiendo Macarena, pero ella tenía además miedo, de que hubiera alguna complicación... Y es que aunque Gabriel, Paloma y Rufi estuvieran a su lado intentado tranquilizarla, necesitaba a su marido...

Muchos creerían que al no ser madre primeriza, debería estar calmada, pero había pasado tanto tiempo, que sí sentía pánico...

Gabriel y Rufi se quedaron esperando a Eugenio, mientras que Paloma entró con su madre.

Ma: ¿dónde está Eugenio...?

Pa: ya debe estar por llegar...

Ma: le hablamos cuando salimos de casa...

Pa: ya sabes cómo es el tráfico de la ciudad, mamá... De seguro no tarda...

El médico entró acompañado de una enfermera...

10 minutos después llegó Eugenio y corrió despavorido al lado de su mujer.

Eu: mi amor... (Tomándole una mano y besándole la frente)

Ma: por fin llegaste...

Eu: sí, sí... Aquí estoy...

Pa: yo los dejo... Regreso con Gabriel y Rufi...

Eu: gracias Paloma...

Pa: estaremos afuera esperando...

Eu: sí...

Una especie de grito se le escapó a Macarena. Eso tenía que ser gracias a una... Contracción...

Eu: doctor... ¿...?

El médico le hizo señas para que le diera unos segundos... Y luego tuvo una respuesta para el marido de su paciente...

Dr.: vamos a inducir el parto... ¿Listos...?

Eu: todo va a salir bien, mi vida... (Besando otra vez la frente de su esposa)

Ma: sí...

Eu: estamos listos, doctor...

Dr.: ¿qué le parece si se cambia, licenciado? En lo que las enfermeras preparan todo...

Eu: bien...

Ma: pero no te tardes...

Eu: no... No me demoro...

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Lo que Eugenio Lizardi estaba a punto de vivir era único en la vida. El nacimiento de un hijo... Porque cuando Gabriel nació, él no presenció el alumbramiento.

Mientras que para Macarena era una mezcla de la experiencia ya vivida y de algo nuevo...

Se tranquilizó muchísimo cuando su marido entró a la sala de parto y se acercó a ella.

El doctor les dio una rápida explicación de lo que sería la labor, y aunque ya ellos habían leído mucho sobre la etapa final, la práctica era otro nivel.