Capítulo 12
Macarena se abrazó a su cuello y sonrió mientras Eugenio le besaba un par de veces más el vientre.
Eu: qué grande está...
Ma: yo siento que crece cada día...
Eu: se está moviendo... (Su mano le cubría el abdomen)
Ma: sí... Lo siento...
La vio reír...
Eu: ¿qué pasa...?
Ma: está cambiando de posición... No quites tus manos de mi vientre, siéntelo...
Y así se estuvieron unos minutos, como embobados... Disfrutando de la hazaña de su hijo que aún no nacía... Pero que últimamente estaba muy activo en el vientre de su madre...
Eu: es que no puedo creerlo...
Ma: imagínate para mí que lo siento día y noche...
Eu: pero antes apenas se movía...
Ma: es ahora que ha empezado a hacerlo con frecuencia...
Eu: dirás que canso con lo mismo, pero ya quiero que nazca...
Ma: yo también mi amor... Aunque estoy disfrutando mucho el embarazo...
En gran parte gracias a los cuidados y compañía de su marido. Sin él no estuviera siendo igual.
Eugenio le besó los labios y sujetándola, se zambulleron.
Con espacio de sobra, iban y venían dando brazadas en el agua, las de Eugenio más grandes, desde luego... Todo en él era más grande si se comparaba con su mujer...
Varias repeticiones y se les fue una hora en el agua...
Ma: en estos días tuve dolor de espalda...
Eu: hasta cierto punto es normal, estás llevando más peso... Pero aquí estoy yo por si necesitas un masaje...
Ma: ¿lo harías...?
Eu: encantado de la vida...
Rieron porque ya empezaba a hacérseles difícil abrazarse de frente. Ahora tendrían que acomodarse... De lado... O Eugenio detrás de ella... Como fuera, siempre y cuando estuvieran cerca...
>>>>>>
Dentro de la regadera, Eugenio vio el cuerpo de Macarena en todo su esplendor... Sin ropa que la tapara y que la ocultara de él...
Y bueno... Embarazada o no, su cuerpo era como un imán que atraía las manos y los labios de él...
Pegado a su costado y sosteniéndole el vientre, la besaba con voracidad... Y lo mejor era que ella le respondía... Con la misma pasión...
Se podían escuchar las risas mientras terminaban de bañarse. Y salieron al mismo tiempo.
Ambos se secaban, aunque Macarena prefirió sentarse para poder secarse las piernas y los pies...
Eu: ¿dónde quieres cenar entonces...?
Ma: comida italiana...
Eu: de acuerdo...
Él la vio observarse los pechos, con la toalla que apenas la cubría...
Eu: ¿qué pasa...?
Ma: esto nunca me había pasado...
Eu: ¿qué...?
Además de grandes, los pezones ahora oscuros mostraban gotas de una sustancia blanquecina...
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CRUZADOS II
FanfictionLa continuación de la hermosa historia de amor de Macarena y Eugenio Lizardi. Qué cambios hubieron en su relación y en sus vidas...