Es increíble como una simple pieza recitada en un piano puede expresar más de mil emociones. Por aquella pasión que se siente al hacer lo que una persona disfruta hacer, _____ nunca ha podido tocar una pieza sin siquiera sentirla y lograr despertar...
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*Narra autora*
En las lejanías de la Isla, en la oscuridad de un castillo abandonado, habitaba una malvada reina, cuya ambición era convertirse en la mujer más hermosa del reino.
La mujer caminaba con seriedad hacia el enorme árbol que sostenía su espejo mágico. Observó su reflejo en él y se miró con algo de desagrado debido a su vejez, la cual ha luchado por deshacer por mucho tiempo sin conseguir ningún éxito. Con aburrimiento, se dirigió al espejo hablando.
–Espejo mágico...fuente de conocimiento...¿¡Quién es la mujer más hermosa del reino?! –señaló al objeto mágico mientras lo observaba demandante y en la espera de la respuesta correcta: que fuera ella.
El espejo, cómo un televisor, cambió la imagen de su reflejo y mostró la figura de la bella muchacha que horas atrás había pillado in fraganti en el aposento donde resguardaba su árbol de manzana. –Aquella que lleva los zapatos rojos...
De pronto la imagen desapareció y dejó ver el rostro de un ser indescifrable dentro del cristal del espejo. –Y por si acaso...conocimiento y reino realmente no riman. –sonríe con obviedad, lo que molestó a Regina.
–¡No seas impertinente! ¡Y dime de una maldita vez su nombre!
El espejo bufa con aburrimiento. –¿Cómo podría saberlo? Si no salgo mucho.
–Bueno, porque eres el espejo mágico, ¿qué no es obvio?
–"Mágico" es sólo parte de mi nombre. Es la abreviatura de "Magicardo"...como Ricardo.
La reina parecía cansarse de esa discusión. –Bien...¿y qué es lo que puedes hacer entonces?
–Solo reflejo lo que veo, la verdad...y la verdad es que deberías ver tu rostro, iluminado por esa tierna sonrisa, ¡en serio! –dice el espejo entre risas mientras refleja el rostro enfadado de la reina en el cristal del mismo. Los ositos de madera que estaban detrás escoltando a Regina también rieron con inocencia ante lo que el objeto mágico había dicho. Regina levanta la mano en señal de que guardaran silencio y todos la obedecieron.
–Cuidadito...–la mujer se dirige ahora a los ositos mientras se toma la frente entre sus dedos. –Repartan y difundan los carteles de "Se busca" en cada pueblo, aldea, valle, bosque y rincón del reino, ¡Y encuéntrenla!
Los ositos acatan sus órdenes muy asustados y salen corriendo del lugar dejando solos a la reina y al espejo.
Regina suspira cansada mientras se sienta en el trono del rey Blanco. –Siento que mi energía se agota...no puedo seguir perdiendo tiempo. El envejecimiento se acelera. –dice estirándose la cara con las manos. –Y solo tengo a tres adorables y molestos tronquitos para que me ayuden.
–Y no solo eso mi señora...le sorprendería saber que...el brazalete mágico de la Isla Perdida ha regresado a este mundo.
La reina se levanta rápidamente. –¿¡Qué?! ¿¡Cómo es posible?!
