Despertar era algo sumamente emocionante, mi actual existencia se basaba en observar a esos seres raros llamados humanos. Eran muy interesantes, algo malvados, tontos, egoístas, mentirosos... Y muchas cosas malas, pero en medio de todo eso malo estaba lo brillante, bueno y maravilloso de ellos.
Solía observar lo muy acompañados que estaban. Muchos de ellos tenían esa cosa que llamaban "familia"; eso era lo que mas me fascinaba.
Soy Harry, tengo entendido que soy un ángel, pero no pertenezco a algo o alguien, no tengo una obligación o trabajo, como otros seres que conozco. Vivo en Neque o tambien llamado "Ninguno de los dos", es muy solitario por aquí y es la razón por la que empezó mi ahora recurrente observación a los humanos.
Hoy iría a Medium humilis [Medio bajo] un "donde" en el que me gustaba estar hasta que sentía sueño. Algo que había aprendido de los humanos, sentir sueño, me acostumbré a dormir pues no me era nada necesario hacerlo, aun así ya era parte de mi rutina.
Mientras llegaba a Medium humilis [Medio bajo] pensaba que lugar del planeta Tierra quería observar, tal vez África por los hermosos elefantes, o algún lugar lleno de naturaleza como Brasil o simplemente un lugar al azar.
Había llegado y se podía observar mi planeta favorito. Cerrando mis ojos me intente conectar con la tierra, sin escoger antes algo especifico y aún con mis ojos cerrados sentí en mi pecho un retumbar fuerte, como algo moviéndose constantemente. Abrí mis ojos y... ¿estaba de pie en la tierra?, observé mis manos y efectivamente era yo quien estaba ahí en ¡la Tierra!
Ir a la Tierra físicamente, era algo que había intentado hacer muchas veces, hasta que me rendí y no lo hice más, pero ahora estaba allí y podía sentir lo que hace unos pocos segundos solo había podido observar.
Regresé de mis pensamientos y me di cuenta que mis alas estaban descubiertas y que estaba desnudo, lo cual no era muy bien visto entre los humanos, rápidamente guardé mis alas y observé donde me encontraba, era un bosque muy frío, estaba obscuro y solitario. Con la mirada busqué alguna planta o cosa que me ayudara a tapar mi cuerpo, pero no veía nada útil, caminé un poco y me topé con un camino de tierra firme. Decidí ir por la izquierda y con esperanza de poder encontrar algo con que taparme y en donde refugiarme, tomé camino.
Caminé unos tantos minutos y llegué a una linda cabaña de madera, la rodeé y me encontré con ropa en una canasta, rápido agarré un par de pantalones y una sudadera color beige, olían bien.
Gracias a mi observación a la tierra y sus habitantes, aprendí muchas cosas de ellos, sus costumbres y comportamientos, por lo cual no estaría tan perdido en lo que debería de hacer.
Me apresuré a ponerme la ropa por el frío que calaba mis huesos y alas, las cuales aun guardadas lo sentían. Pensé en irme y buscar algún lugar para dormir, pero hacia frío y la ropa no era de mucha ayuda, asi que decidí que sería mejor idea pedir ayuda a alguien en la cabaña.
Volví a rodearla y miré con determinación la puerta de madera gruesa, toqué un par de veces con mis nudillos y esperé unos segundos, pero no pasó nada, volví a intentar y esta vez escuché unos pasos acercándose a la puerta, emocionado sonreí y vi a un joven humano con el ceño fruncido, adormilado y algo confundido parado detrás de la puerta semiabierta.
-¿En qué puedo ayudarte?, son las dos de la madrugada. - Preguntó el pequeño y castaño humano. Lamentaba haber despertado al chico pero realmente necesitaba un refugio.
-Siento molestar human-...chico, pero aquí fuera hace mucho frío y no tengo donde pasar la noche. - Observé al chico y se notaba dudoso pero vi como se movía para darme paso a su cabaña y me apuré a entrar. El chico prendió las luces y señaló un gran sofá blanco.
-Puedes dormir en el sofá, ahora te traigo unas mantas y almohadas. -Salió de la... ¿Cómo le llamaban? ¡oh, si!, sala de estar; aproveché para subir un poco la sudadera y estirar mis alas un momento, era cierto que podía esconderlas, pero también eso me causaba un pequeñito dolor en la espalda y debilidad al momento de volver usarlas. No podía acostumbrarme.
Escuché de nuevo esos pasos y mas rápido que un rayo guardé mis alas. El chico estaba parado con las mantas y almohada en sus manos y con ojos bien abiertos, por un segundo dudé si había visto lo que no tenía que ver. Mis alas.
-Disculpa, realmente tengo sueño. -Sacudió su cabeza y talló sus ojos. -Aquí tienes, esto servirá para la noche helada. Yo me iré a descansar, cualquier cosa solo toca la puerta blanca que es mi habitación, el baño es ese de ahí. -Señalo una puerta de madera con grabado de pinos.
-Muchas gracias, te debo una. - Le dije recordando como los humanos agradecen los favores.
-No te preocupes, buenas noches. - El humano casi se caía del sueño, se fue hacia la puerta blanca que mencionó, era su habitación y se fue dejándome con un cómodo sofá y mantas esperándome.
Estaba en la Tierra y había interactuado con un humano, eso era lo que mas anhelé alguna vez y ahora lo estaba viviendo. El problema entre toda esta felicidad, eran mis alas y el no tener que apegarme a la Tierra o todo se volvería peor. Solo esperaba estuviera equivocado en lo ultimo.
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Ángel sin lugar... Yo te daré un hogar |LS.
FanficHarry, un ángel de Neque que despues de muchos intentos llega a la Tierra encontrándose con Louis, un chico amable que le ofrece hospedaje en su cálida cabaña. Lo que ninguno de los dos sabe es que no es la primera vez que se conocen y que tendrán q...