Dulce e Inocente

Capítulo VIII: "Noche de Amor"

HORAS DESPUÉS

MAISON GLAD HOTEL

— Wow Chu, te ves muy hermosa. —dijo Jennie, sentada a la mitad de su cama con Sven entre sus brazos—. ¿Por qué te pusiste eso tan bonito?.

— Porque tengo una cita con Rosé. —informó, Jisoo, pasando sus manos por sobre los paletones de su falda negra, que hacía un contraste perfecto con la camisa blanca manga larga y aquel chaleco de lana negro con flores blancas. Tal vez, no era el atuendo adecuado para una cena romántica, pero sabía que a Rosé, le encantaría verla vestida de esa forma—. Vamos a salir esta noche a cenar.

— ¿Van muy lejos?. —preguntó Jennie, con interés.

— No. Hice una reservación en el restaurante del hotel. —aclaró, arreglando su cabello frente al espejo—. Se supone que comeremos en el restaurante, pero la verdad, es que será una cena en la playa, a la luz de la luna.

— ¿Y se van a tardar mucho?. —Jennie, siguió preguntando.

— Bueno, tal vez un poco. —respondió Jisoo—. Pero mejor dime, ¿Por qué tantas preguntas?, ¿Qué tienes planeado hacer con Lisa?.

— Vamos a ver las dos películas de Frozen. —dijo, pegando a Sven a su pecho—. Comeremos hamburguesas, helados y tomaremos juguito de mango.

— Es un muy buen pla...

— Y también vamos a hacer el amor. —Jennie interrumpió a su hermana mayor.

— Ok, no era necesario que dijeras eso. —Jisoo comentó viéndola fijamente—. Pero está bien. Diviértete cuanto puedas y no dudes en detenerla si algo no te gusta. —le aconsejó—. Además, cuida mucho tu mano y evita hacerte daño. Que aún no sé, cómo decirle a mi madre lo sucedido.

— Oki. —aceptó Jennie, con una sonrisa.

Jisoo asintió y volvió su atención al espejo terminado de prepararse para su gran noche. Se miró por última vez cuando estuvo completamente lista y se sonrió a si misma. Maldición, se veía tan bien, que Rosé, se enamoraría aún más de ella, cuando la viera.

— ¡Nini, ya llegué!. —se escuchó el grito de Lisa desde afuera, haciendo que la chica sobre la cama, saliera disparada de la habitación junto a Sven.

Jisoo, salió detrás de ella hasta llegar a la sala, donde ambas chicas se encontraban abrazadas con amor. Lisa, en sus manos sostenía varias bolsas de comida y algunas otras del supermercado.

— Que bueno que llegaste. —le dijo Jisoo, llamando la atención de la más alta—. Crei que tendría que esperarte un poco más.

— Lo siento, había una larga fila en el supermercado. —se disculpó—. Además, en el restaurante se atrazaron con mi pedido.

— Está bien, no te preocupes. —la tranquilizó Jisoo, con una suave sonrisa—. Bueno, iré a mi habitación por mi novia, las veo luego.

Las chicas asintieron y Jisoo les sonrió antes de volver por el pasillo con rumbo a la habitación que compartía con Rosé. Al llegar al frente, dio un largo suspiro y golpeó la puerta con delicadeza. Escuchó pasos desde adentro que poco a poco se iban acercando.

La perilla de la puerta se giró y Jisoo, sintió cómo el aire se atoraba en su garganta al ver a Rosé, parada frente a ella. Su mirada, se paseó por todo su cuerpo y amó cómo aquellos shorts negros de gabardina, resaltaban sus piernas, al igual que su camisa negra con puntos blancos y su saco completamente negro, le daban un toque más sexy. ¡Dios!, Jisoo estaba segura que el negro, había sido creado para Rosé.