El sábado por la mañana no podía estar más ansiosa.
¿Por qué? Las fiestas en las que vas disfrazada y en las que hay muchísima gente de otras universidades, me asustan.
No lo sé, tal vez estoy hablando estupideces y me estoy precipitando.
A ver si a alguien más se le ocurre disfrazarse igual que yo, estoy pensando si el golpe se lo daría en la cara o en el estómago. Hablo en serio, conseguirme ese disfraz fue jodidamente difícil.
Mientras desayuno y observo mis redes sociales, me llega una solicitud de seguimiento. Soy demasiado curiosa e impaciente, así que inmediatamente le doy "click" al perfil de la persona.
Es Víctor. El chico alto y de ojos verdes que me mira raro.
¿Habrá encontrado mi perfil por casualidad o simplemente me buscó?
Si no quisiese hacerme la cabeza, diría que me encontró por casualidad. Pero como eso no me cierra, y considerando que el chico tiene algo raro conmigo, si, elijo creer que me buscó.
Tiene cuenta pública, seguro que es alguien extrovertido o alguien a quien le gusta o no le molesta que la gente lo vea y sepa acerca de su vida.
Tiene solo una foto publicada. Fue subida hace tres meses. Es él, de espaldas, y de fondo se ve un hermoso paisaje con montañas nevadas. La misma foto tiene la ubicación donde fue tomada. Tierra del Fuego, Argentina.
Abro los ojos, asombrada, pues, si tiene el dinero para irse a otro continente, debe tener mucho.
Entro a sus historias destacadas y puedo confirmar que es un chico con muchísimo dinero. Tiene fotos de él con ubicaciones en Noruega, Estados Unidos, Colombia, Japón..., un hombre con suerte.
Lo que me parece raro es que todas esas fotos con ubicaciones fueron subidas hace nueve semanas. Todas. Bueno, tal vez solo sube historias cuando quiere.
Tiene 876 seguidores y sigue a 97 personas. No creo que sea muy fan de su red social, no tiene nada en su biografía y su nombre de usuario es un poco aburrido.
Decido aceptar su solicitud y devolverle el follow, no me cuesta nada y además, tengo curiosidad sobre él.
•••
Observo por la ventana del taxi mientras Ágata me habla de no sé que cosa con Adom. La noche es calurosa y parece estar despejada, aunque en el pronóstico del tiempo decía que iba a llover.
Cuando llegamos al lugar, le pago al conductor y bajamos del auto. Hay muchas personas afuera y muchas más adentro. Miro a mi prima y esta ya está saludando a unos amigos.
Nos adentramos en el lugar y la música ensordece mis oídos.
-¡Mierda, no sabía que vendría tanta gente! -le exclamo a Ágata.
-¡Si, bueno, es lo bueno de éstas fiestas!
Mientras voy caminando, trato de buscar a alguien conocido y a la vez trato de buscar un maldito trago, tengo la garganta seca. Ágata me menciona al oído que irá afuera a esperar a que llegue Adom, ruedo los ojos y le digo que yo me quedaré dentro.
Después de unos minutos, llego a la oscura cocina y tomo una pequeña botella de cerveza. Mientras la bebo siento un cosquilleo en la nuca, cosa que me hace voltearme y observar a mi al rededor. No hay nadie mirándome.
Bueno, tal vez ya me volví loca.
Tal vez.
-Que bueno que viniste. -me susurra una voz en mi oído que me pone los pelos de punta.
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Just let me try
RomanceCon frecuencia la gente que está rota por dentro busca a alguien o algo a lo que aferrarse. Yo tengo miedo. No puedo. Estos últimos años han sido difíciles y la voz en mi cabeza no me ha dejado en paz. Yo no tengo esperanza. Muchos han tratado de ar...