Narradora:
El día del nacimiento ha llegado, debido a que es una cuestión mágica no pudieron identificar el sexo del bebé, pero eso no fue razón de no querer al pequeño/a.
Esta vez Adrien estuvo presente en el labor de parto, no iba a dejar a su esposa sola, Louis entendió a la perfección eso de llevárselo junto con los demás para ir a entrenar.
Louis juró proteger a su nuevo hermanito/a, eso si, Jane no se quedó atrás, ella será criada como un Agreste Dupain, no sería parte de Antipapillion por petición de Louis, Jane seguía siendo la adoración del pequeño rubio, ella se quedaría en París a ser la nueva protectora de la ciudad, al cumplir la edad necesaria se le entregaría un miraculous, ya después pensarían en cual darle.
La bebé nació, nació una hermosa niña azabache de orbes verdes, igual a su madre, quien no la menospreció por nada en el mundo, sino que la quiso tanto como al primero.
La niña fue bautizada como Abigail, cuyo significado es “La alegría del padre” o bien que en hebreo significa “Salvación, promesa divina”.
Abigail, con 4 años de edad llegó la hora de reunirse con su hermano, quien se marchó junto a Charlott hace tres años al palacio de los monjes.
La pequeña Abi sabe cual es su futuro, sabe que algún día ella será la líder de Antipapillion. Pero estará acompañada de sus amigos, Rubí y Jim Laffhi de 5 años de edad, de su hermano mayor y futura mano derecha Louis de actualmente 9 años de edad y Charlott de 8 años.
Justo ahora se lleva acabo la despedida de las hermanas Abigail y Jane, desesperadas por no querer ser separadas, pero ambas tienen más que claro su destino.
–Te extrañare Abi, por favor no me olvides nunca–
Pide la niña pelirroja de exactamente 6 años.–Nunca lo haré, prometo volver y verás que ya no nos vamos a separar– Asegura la peli-azul– Algún día ambas seremos súper heroínas y salvaremos París juntas–
–No, yo salvaré París, tu el mundo, solo cuidare y no cometas tonterías – Ambas hermanas se separan de su abrazo.
–Lo haré, ya lo verás –
–Adiós pequeña, cuidate mucho y saluda a tu hermano de nuestra parte – Dice la ya Señora Agreste Dupain de rodillas a la altura de su hija menor– Dile que lo quiero mucho mucho y que siempre será mi bebé–En lágrimas.
–Lo haré mamá – La niña abraza a su madre y se dirige a su padre– Adiós papá, cuida de mamá –
–Claro que si princesita mía, tu preocupate por cuidar de ti y de tu hermano– Pide el rubio en lágrimas al ver como una más de sus hijos se van de su lado.
–Srta Abi, es hora de irnos– El anciano avisa y ofrece su mano a la pequeña.
–Si abuelo Fu, vamos con mi hermano–
Mientras en un lugar apartado de la ciudad.
–Se están preparando, cada vez siento la energía de más portadores, no permitiremos que se nos adelanten, Noroo,¿Cuantos somos en total?– Habla una voz desconocida
–Somos 700 maestra, en unos años alcanzaremos el número establecido de la leyenda– El kwami morado contesta asustado.
–Bien, por ahora dejaremos de atacar, les daremos sus cinco minutos de descanso, ya cuando alcancemos los 20.000 miembros empezaremos con el siguiente paso del plan– La voz desconocida femenina se oye más macabra que antes–Pronto todos serán víctimas de mi furia– La voz femenina empieza a reír de forma macabra y malvada dando miedo a cualquiera.
(...)
La pequeña Abi es llevada al palacio de los monjes juntos a sus compañeros y amigos Jim y Rubí Laffhi, los tres nerviosos y tristes por dejar a sus familias, pero sabían que si se negaban le papillion se encargaría de lastimarlos a ellos y a sus seres queridos.
«Juro acabar con todos y cada uno de los integrantes de esa organización, por su culpa tengo que dejar a quienes amo y no me dan la oportunidad de elegir mi propio destino, preparense le papillion, porque vengo con todo» Piensa la pequeña Abi.
Fin...o....¿Comienzo?
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Mi Pequeño Louis: El Tesoro De Marinette[Terminada]
Fiksi PenggemarCuidado con tus caprichos con las mujeres, ya que un capricho terminó en un embarazo no deseado. La noche de la graduación una joven azabache lloraba en uno de los vacíos salones de aquella preparatoria, pues se había enterado que su amor platónico...