Capitulo 11

107 11 14
                                    

    ~Me decepcionas te~

    Marc

    Busque a Nora por cada rincón de la casa y no la encuentro por ningún lado, tampoco encuentro a Catalina. Esto me está comenzando a preocupar.

    Estaba de camino a la cocina cuando de repente alguien se interpone en mi camino. Me quedo helado al ver a Catalina, su rostro esta contraído en dolor y esta temblando.

    —¿Que sucede? —la cojo de los brazos.

    —Ella, Nora.. es-ta —tartamudea y se queda en silencio.

    —Ella, ¿Qué? —mi preocupación va en aumento.

    —Te necesita —voltea para todos lados—, acompáñame.

    La suelto para que camine, mientras la sigo. Salimos al jardín y me quede sorprendido al ver lo que esta pasando. No tarde ni cinco segundos en abalanzar me sobre el chico que trataba de violar a una chica, mi furia incremento al ver quien era ella.
   
    Sus ojos me observan, pero tiene la mirada perdida, sus ojos están rojos y lágrima, tras lágrima descienden por sus mejillas. Ese fue el toque final para querer matar a ese hijo de perra.

    En menos de un minuto estaba encima de el golpeándolo. Le doy un golpe en la mejilla el cual provoca que me dejé de golpear, me giro para ver a Nora y veo que Catalina le está arreglando la ropa. Mi mirada se encuentra una vez más con la de ella, pero al mismo instante sus ojos se cierran y veo que Catalina le habla y coje sus manos. En ese momento que me quedo desconcertado viéndola, el chico aprovecha para golpearme y quedar encima de mi. Fue tan rápido que no tuve tiempo para reaccionar. Los golpes me dolían, pero no más de lo que me dolió ver a Nora en ese estado. Cogí fuerzas para quitarme lo de encima y lo golpeó en las costillas. Vuelvo a quedar sobre él.

    —¡Basta! —escucho que gritan a mis espaldas mientras me levantan, más bien me cargan para que me ponga de pié—. ¡Vas a matarlo, Marc!

    —Es lo que quiero —masculle.

    A él lo levantaron otros dos chicos, mientras Alfredo me retenía por los brazos.

    —La policía ya se encargará de hacerlo pagar lo que ha hecho.

    Jadeo y me giro hacia Nora, ahora con ella está Issa. Pero Nora sigue sin despertar. Issa me voltea a ver y se levanta del suelo para encarar al chico.

    —¿Que le has dado? —grita molesta.

    Alfredo me suelta para interponerse entre ella y el chico, el cual le regala una sonrisa ladina.

    —No me digas que ahora sí te interesa tu amiga, Issa.

    Mi mirada paso de él a Issa, ella lo observo confusa y después su expresión se volvió de miedo.

    —¿Se conocen? —no pude evitar preguntar.

    Se miraban fijamente, el parecía estarla retando. Y yo lo único que quería era saber que era de lo que hablaban.

    —Marc, debemos de llevar a Nora al hospital —pasa por mi lado y me coge del brazo, pero yo no me muevo—. Marc vamos —insiste.

    —Hace unas semanas ella no te importaba —hablo el chico—. Creí que la odiabas porque tu amigo se fijo en ella y no en ti.

    Me solté de su agarre y la mire fijamente, ella estaba de espaldas hacia él. Pero yo podía ver claramente su expresión: miedo.

    —¿De que hablas? —lo mire.

Amando lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora