Yeosang estaba ansioso. Se encontraba sentado en una de las bancas de la barra de la cocina y frente a él Seonghwa y Hongjoong, sumidos en una oscuridad profunda sólo interrumpida por la luz de las velas sobre la mesa. El reloj marcaba las tres de la mañana, era lunes y en una hora debía estar con rumbo de regreso a la Academia o estaría en suficientes problemas como para que sus padres no quieran verlo en años.
Además tenía especial interés por regresar a la Academia, Wooyoung le había contado que Soobin había visto a algo que lucía igual a él, pero no era él y estaba completamente determinado a averiguar qué estaba sucediendo. Probablemente también tenía que ver con aquella sensación extraña que le producían los pasillos de la Academia. Estaba seguro que las enseñanzas de Seonghwa le ayudarían también a descubrir cuál era el asunto oculto en dicho lugar.
Por lo pronto, tenía que apurarse, el tiempo que le quedaba antes de partir a la Academia era poco. Sólo Wooyoung regresaría con él, Lía había aceptado comer de a pocos, pero aún no tenía la fuerza necesaria para levantarse de su cama. Yeji y Ryujin, sus amigas de la Academia, habían ido a visitarla el día anterior por la noche y aunque al igual que el resto sólo entendían parcialmente la gravedad de la situación, su apoyo realmente había sido suficiente para Lía.
Al ser tan temprano por la madrugada, todos se encontraban en sus habitaciones. San y Wooyoung aún durmiendo, Lía igual y Mingi y Yunho se fueron por la noche con rumbo desconocido, probablemente a la ciudad por encargo de Seonghwa. El mayor le había comentado algo a la volada después de que aceptara decirle toda la verdad. Habían esperado hasta esa hora para que ninguno de los demás pueda escuchar la conversación.
Yeosang suspiró.
—¿Entonces?— Preguntó Yeosang sin dejar de mirar al reloj.
—Perdona... pero es difícil. Nosotros... fue mi culpa— susurró Seonghwa, con la voz temblorosa.
Hongjoong tomó su mano, en gesto de apoyo, pero no dijo nada más.
—Fue hace años, un día llegó un lote de libros raros a la librería y...— siguió hablando Seonghwa, sus ojos cristalinos debido a las lágrimas que se arremolinaban en sus párpados.
—¿La librería?— Interrumpió Yeosang, no sabiendo a qué se refería.
—Hwa es dueño de una librería en la ciudad, era de sus padres antes— contestó Hongjoong.
—Mis padres siempre estuvieron metidos en ese mundo, y era normal que yo también lo estuviese— continuó Seonghwa.
—No estoy entendiendo nada de lo que me están diciendo.
—Cuando Seonghwa te ofreció aprender adivinación con él, no era una broma Yeosang.
Yeosang comenzó a reírse incrédulo, bastante nervioso. Claramente ambos no le iban a contar ninguna verdad y sólo se estaban burlando de él, despertándolo a las tres de la mañana para hacerse los misteriosos.
—¡Dejen de mentir!— susurró ofuscado Yeosang— No creo nada de lo que me están diciendo, nada tiene sentido. ¿Esperan que crea que están metidos en un mundo mágico cuando sólo son delincuentes juveniles huyendo de la justicia?
Yeosang sabía que había algo extraño pasando, lo había sentido en la Academia, sus sueños raros también eran sospechosos. Enfrentarse a la idea que nada de ello tenía una explicación lógica parecía un sin sentido enorme, como si su cordura se acabara poco a poco.
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we're fever » jongsang
FanfictionYeosang huye de su perfecta y solitaria vida, topándose en el camino con un grupo de chicos rebeldes en busca de un tesoro ancestral y en ellos, encuentra una familia.