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— tengo miedo Hyung ~
El Peli rosa soltó un chillido cuando un fuerte trueno retumbó e iluminó la habitación. Llevaba cerca de una hora lloviendo y Jimin no había dejado de temblar bajo las cobijas.
— Tranquilo Minnie... Ya pasara, además estoy aquí contigo.
Ambos chicos se encontraban acostados en la cama, abrazados y cubiertos por las cálidas mantas. Eran cerca de las tres de la mañana y ninguno había podido dormir debido a la fuerte tormenta.
— ¡vamos a morir ahogados! — gritó el Peli rosa dramáticamente cuando escuchó caer un trueno más fuerte.
Namjoon tuvo que aguantarse la risa y simplemente abrazó más el cuerpo del pequeño.
— No moriremos Minnie, en las noticias dijeron que amanecerá con buen tiempo.
— Si es así entonces pido volver a casa... Ya no quiero quedarme aquí... El mar da miedo.
— Si Jimin... Volveremos a casa.
El Peli rosa simplemente asintió y se aferro más al cuerpo de su mayor. Realmente deseaba sobrevivir para el día siguiente pues a pesar de estar en un hotel muy lejos de la costa no se sentía seguro.
Según las noticias de la tarde había una alarma por un posible huracán, por eso habían desalojado la casa de playa y habían ido a ese hotel, aunque Jimin hubiera preferido estar en casa con sus padres y Rap Mon.
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Cerca de una hora después la tormenta terminó. Jimin se encontraba con los ojos cerrados mientras el mayor repartía caricias por su cabello y brazos, habían estado por mucho tiempo en esa posición así que Namjoon dio por dormido a su pequeño hermano.
— Eres tan hermoso Jiminie~ — habló en un susurro acariciando las mejillas gorditas del menor, luego se acercó más a su rostro y depósito un beso en la comisura de sus labios — te deseo tanto Minnie.
Un suave suspiro salió de sus labios y cerró sus ojos mientras sus manos empezaban a acariciar el cuerpo del menor. Lo hacia con lentitud en un intento de que toda su anatomía quedará grabada en sus manos — además de que no quería despertarlo —-.Sabía que aquello estaba mal, se estaba aprovechando ahora que el pequeño dormía, pero también era consciente de que era su única oportunidad de tener contacto con su cuerpo.
