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—¡Me encantó Hyung!,muchas gracias~
JiMin pegó un par de saltos en su asiento mientras miraba con ojos brillantes la caja que Namjoon le había dado, pues se trataba de un celular que le había gustado la vez que fueron al centro comercial.
— Es un regalo porque te portaste bien en tu primer día de escuela — el mayor se sentó a su lado en el sofá y le besó una mejilla con cariño para después revólver sus cabellos.
— Eres el mejor hermano del mundo. — JiMin dejó de lado su obsequio y se lanzó a abrazar a Namjoon logrando que sus cuerpos cayeran del sofá. Por suerte el piso estaba alfombrado y no se dieron un golpe muy fuerte.
Pronto sus risas llenaron por completo la habitación y se volvieron más fuertes cuando el pequeño Rap mon corrió hasta ellos y lamió sus rostros queriendo jugar.
— Me alegra tanto que se lleven así de bien, mis niños — La voz de Chaerin resonó desde la cocina pues se encontraba haciendo una comida especial para sus hijos.
— Por dios mujer,Yo ya no soy un niño — Namjoon rodó los ojos mientras bufaba y abrazaba al cachorro.
— Yo tampoco — JiMin hizo un puchero — Ya casi cumplo 18 años.
— Así tengan 30 y estén casados seguirán siendo mis bebés. — Su madre dejó una olla sobre la gran mesa del comedor, se sacó los guantes de cocina y caminó hasta la sala. — Vayan a lavarse las manos, en unos minutos llegará su padre y podremos comer.
JiMin asintió entusiasmado y dejó de acariciar a Rap Mon, se levantó del suelo y extendió una mano para ayudar a Nam a ponerse de pie.
El Peli-morado sin muchas ganas tomó la manita del pequeño y se levantó. Entre pequeñas risas subieron las escaleras hasta el baño que ambos compartían y en cuanto entraron Namjoon acorraló al menor entre su cuerpo y la puerta.
— Ahora sí, quiero que me des bien las gracias — dicho aquello capturó los esponjosos labios de su hermano en un beso suave y húmedo. Realmente le había sido tan difícil contenerse frente a su madre.
JiMin sonrió en medio del beso y se abrazó al cuello del mayor pegando así más sus cuerpos, abrió un poco sus labios dejando que ambas lenguas se acariciaran hasta que la falta de aire los obligó a separarse.
— En la noche te tengo otro regalito — habló Namjoon con la voz ronca de excitación.
JiMin sonrió ladino, lamiendo sus labios un poco mientras sus ojos brillaban pero no precisamente por la excitación
— No, Joonie~ recuerda que estas en abstinencia. — El Peli gris le guiñó un ojo burlón al ver la expresión molesta del mayor.
