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— ¿Está todo listo Jungkook?
— Sí, todo en orden Namjoon. Sólo falta que conecten el micrófono.
— Perfecto, Hansol necesito que vayas por JiMin.
El Peli morado se cruzó de brazos y soltó un suspiro de satisfacción. Llevaba tres días planeando aquella sorpresa y estaba muy confiando en que le encantaría a JiMin.
Aceptar su amor por el Peli rosa le costó un par de botellas de licor y unos buenos golpes de Jungkook pero al fin lo había conseguido.
Ahora Kim Namjoon era capaz de gritar a los cuatro vientos lo enamorado que estaba de Kim JiMin y era justo lo que haría ese día.
Había pedido la ayuda de los chicos de la clase de canto para que presentaran una canción que había escrito él mismo para el menor, para eso pidió prestado el auditorio y algunos instrumentos musicales. Después de la canción pensaba pedirle perdón por lo que dijo la otra vez y luego pedirle que fuera su novio.
Ya no más hermanos Kim ante la escuela, Namjoon quería que todos supieran que quería al pequeño de abultadas mejillas como una pareja amorosa y no un familiar.
Ni siquiera le importaba lo que dijeran sus padres... Al fin había aceptado lo que sentía y no dejaría escapar a su hermoso Peli rosa.
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Por otro lado, JiMin llegaba a la escuela con los ánimos realmente bajos, se mantenía sujeto al brazo de Minho quien le decía que volviera a casa a descansar pues pensaba que estaba enfermo pero el Peli rosa no quería volver a aquel lugar lleno de recuerdos de Namjoon y él.
Cuando estaban a punto de entrar a su aula, JiMin se vio detenido por la mano de alguien, confundido se giró para ver quién era pero al ver aquel rostro sus facciones se endurecieron y sus ojos destellaron de ira.
— JiMinie, que bueno que te encuentro — habló Hansol con una sonrisa enorme en sus labios — Necesitó que me acompañes...
— No puedo, tengo clases. — su voz salió tan fría y cortante que incluso él mismo se sorprendió.
