Capítulo 8

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Capítulo 8 ||

Hadrian se despertó a la mañana siguiente, y se desperezó, de repente, todo lo ocurrido anoche le volvió a la cabeza, y recordó todo lo ocurrido, recordó cómo había cogido la piedra filosofal y después de volver a los dormitorios la había escondido en un compartimento secreto en su baúl.

Comprobando que Blaise estuviese dormido, se levantó de la cama y se agachó donde estaba su baúl. Comprobando nuevamente que Blaise estaba dormido, susurro lo más bajito que pudo en dirección a su baúl en pársel.

"Ábrete." Siseo Hadrian en pársel.

Un pequeño compartimento se abrió en la parte de abajo del baúl, de unos veinte centímetros cúbicos, el compartimento secreto estaba hecho de madera de caoba, y en el fondo había un cojín de terciopelo negro, sobre el cojín estaba la piedra filosofal, una piedra rojiza del tamaño de un puño.

Después de haber escondido la piedra y antes de quedarse dormido, Hadrian había estado pensando en quién podría haber metido la piedra en Hogwarts, y llegó a la conclusión de que la única respuesta lógica era Dumbledore, la única pregunta para la que no tenía respuesta era para qué estaba aquí la piedra, ¿no estaría más segura con los Flamel? Después de todo, la habían protegido por seiscientos años, así que, ¿porque la tenía Dumbledore?

Esa pregunta era la única que todavía no tenía respuesta, y por mucho que le diese vueltas a la pregunta en su cabeza, no conseguía llegar a la respuesta. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó a Blaise empezar a despertarse. Con rapidez y con silencio, guardó la piedra que había estado rodando entre sus manos, y cerró el compartimento con lengua pársel.

"Ciérrate."

Hadrian abrió la parte de arriba e hizo como si estuviera cogiendo ropa para prepararse para el día.

"Buenos días." Dijo Blaise con voz ronca por el sueño. "¿Qué hora es?"

"Son las siete, date prisa, hemos quedado con Tracey y Daphne a las ocho, y no quiero que Daphne me grité por hacerlas esperar."

Hadrian agarró la ropa que había escogido de su baúl y se dirigió al baño, donde tras unos minutos salió arreglado. Mientras esperaba a Blaise, se puso a leer el libro de texto de transformaciones. Tras unos minutos, Blaise salió.

"¡Por fin!" Dijo Hadrian con voz exasperada mientras levantaba las manos. "No me explico como puedes tardar tanto."

Los dos bajaron juntos a la sala común, mientras charlaban entre ellos de todo un poco. Cuando llegaron, vieron a Tracey y a Daphne esperándoles mientras charlaban entre ellas.

Bajaron a desayunar al Gran Comedor, que a estas horas de la mañana, estaba vacío, excepto por los profesores y algún estudiante madrugador.

Desayunaron tranquilamente, mientras debatían qué hacer el resto del día, si hacer deberes o actividades de ocio primero. Alumnos de diferentes casas empezaron a bajar a desayunar, cada uno en grupos de su mismo color de túnica, sin juntarse entre ellos.

Una vez que terminaron de desayunar, los cuatro se levantaron, con intención de volver a la sala común y prepararse para ir a la biblioteca, ya que las chicas les habían ganado a los chicos sobre qué hacer antes.

Mientras estaban saliendo, Hadrian vio como un destello de rojo se estampaba contra su hombro, intentando, sin éxito, que se cayese al suelo o se apartara. Hadrian se giró en dirección a la persona con la que había chocado y delante de él estaba Alexander Potter junto a su piña de amiguitos, un pelirrojo y una chica de pelo tupido estaban situados a derecha e izquierda respectivamente de Alexander Potter.

Harry Potter: Heredero de MerlínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora