07 - ,, río amstel

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𝟎𝟔,,

𝐚𝐦𝐬𝐭𝐞𝐥 𝐫𝐢𝐯𝐞𝐫

En la noche anterior comencé a arreglarme a una fiesta a la que no quería ir

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En la noche anterior comencé a arreglarme a una fiesta a la que no quería ir. Me puse un vestido negro, como si fuese un funeral, y arreglé mi cabello largo y pelirrojo en ondas con una plancha. Me miré al espejo preguntándome qué estaba haciendo ahí, en Ámsterdam, en la fiesta de compromiso del amor de mi vida. Una fiesta de un compromiso que no era conmigo.

Me puse lápiz labial rojo y me abrigué con una gabardina negra antes de salir de la habitación individual del hotel. Tomé un respiro y pensé que tal vez verlo con Monica me haría sentir muy mal al principio, pero me ayudaría, también, a aceptar muchas cosas.

No fue así. Si me hizo sentir muy mal, pero no, no me hizo aceptar muchas cosas. Me hizo llorar por no poder cambiarlas.

Tomé un taxi y pasé por la avenida en donde estaba la nevería en donde pasé mi infancia disfrutando de conos de galleta acartonada y bolas de lima. Ya no estaba ahí, ahora era un local de ventas por televisión, lo tomé como una metáfora porque me gusta romantizar las cosas más simples. Soy escritora, al final del día.

Llegamos al salón de fiesta y yo pagué con un billete inglés. El lugar se veía lindo, justo frente al río Amstel, las luces de colores iluminaron mi rostro cuando pasé por la puerta. Me gustaría haberlo disfrutado más, porque la comida fue maravillosa.

Luego los ví. Jonah y Monica se abrazaban con cariño mientras tenian una conversacion con quienes debían ser familiares de los Dupont. Quise apartar la mirada, eso ya no me importaba ni me incluía. Pero, al final de cuentas yo estaba ahí y por eso no lo hice.

Los amigos de Jonah estaban ahí. Zach, Daniel, Corbyn y Jack. Los había conocido en infinidad de fiestas y me caían muy bien. Yo no quería que me notaran, porque me recordaban cosas que prefiero olvidar y yo tenía el ánimo de un funeral.

Mis plegarias fueron negadas, Zach Herron me notó desde el otro lado del salón y se me acercó con los demás chicos por detrás. Maldije en voz baja.

—Hola, Elif, hace mucho que no te veía —Zach me dio un beso en la mejilla y yo solo mostré una sonrisa infeliz.

—Si, desde la última vez que fuimos... Fui a California.

—La verdad es que eres la última persona a la que esperaba ver aquí —Daniel pone su mano en mi hombro. Suelto una risita.

—No me encanta estar aquí, pero le debo mucho a los Dupont y estar aquí es lo menos que podría hacer.

—Lo siento mucho, Elif —Jack me dice con calidez. Quise golpearlo, porque odio que me tengan lástima, pero solo sonreí de lado.

—Está bien.

Luego, lo peor pasó. El brindis comenzó y mi corazón se achicó varias veces.

Las palabras aun queman en mi cabeza y en ese momento solo quise vomitar.

—Estamos muy agradecidos con Jonah, es un buen muchacho y no podemos esperar a que sea oficialmente parte de nuestra familia, porque ya lo quiero como un hijo.

Y bla, bla, bla.

Jonah besó a Monica, Monica besó a Jonah. Él me miró, ¿Por qué lo hizo? ¿Qué esperaba que sucediera?

Lo que sucedió después fue triste. Hice mi escape del salón y corrí por las calles de la ciudad. Hacía frío y pronto me di cuenta de que estaba llorando y de que no estaba sola.

 Hacía frío y pronto me di cuenta de que estaba llorando y de que no estaba sola

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𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐬 𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐰𝐞 𝐞𝐧𝐝 | 𝐣𝐨𝐧𝐚𝐡 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora