09 - ,, patético. chifaldo. encantador.

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𝟎𝟗 - ,,

𝐩𝐚𝐭𝐡𝐞𝐭𝐢𝐜, 𝐜𝐫𝐚𝐳𝐲, 𝐜𝐡𝐚𝐫𝐦𝐢𝐧𝐠.

Tomo una decisión terrible: me visto con el vómito provocado por el vodka en la garganta y salgo del hotel despampanantemente ebria

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Tomo una decisión terrible: me visto con el vómito provocado por el vodka en la garganta y salgo del hotel despampanantemente ebria. Sonrío mucho y saludo a todos los que se me ponen enfrente con amabilidad. ¿Podrán descifrar mi estado? ¿Será el olor tan fuerte y mi actitud tan obvia? No me importa. No sé lo que hago y tampoco tengo interés en saberlo. Camino con actitud como si fuera una supermodelo y de vez en cuando choco con las paredes o tropiezo con mis botines blancos de gogo. Una mujer de cabello blanco me ayuda a mantenerme de pie en una parada de alto.

Giro y río por la ciudad hasta que me doy cuenta en donde estoy y la magia se acaba a la par que siento la sobriedad tocar a mi puerta. El panorama se vuelve sombrío y siento que los colores se opacan en cuanto la casa roja se asoma ante mis ojos. Las enredaderas descuidadas abren su camino por las ventanas y entre los ladrillos de arcilla. El correo se acumula sobre la entrada y las plantas de la barda están sorprendentemente vivas. Me llevo la mano a la boca, pero no, no es por que estoy apunto de vomitar, es porque se que si no lo hago me romperé aún más y voy a colapsar.

Siento que caigo y es más por la sobriedad inminente que por el alcohol mismo. A toques desesperados abro mi bolso y me apresuro a sacar la botella pequeña de tequila que llevo por ahí. No puedo terminar la acción. Soy interrumpida.

—Elif.

Mierda, no.

Me giro a mirar quien es aunque no necesito hacerlo para saberlo. Tampoco necesité oír su voz, tenía ya tan memorizados su patrones de respiración y su aroma que, de haber estado en mis cinco sentidos, pude haber sabido que Jonah llevaba rato sentado en una banca detrás de mí. Me ha estado esperando.

—¿Por qué estás tan ebria?

Me conoce y lo sabe sin siquiera olerme. Puede ver como muevo la boca y como mis ojos se comportan.

—¿Por qué estás aquí? ¿Cómo— cómo tienes la decencia de venir después de decirme todo eso? —intento no levantar la voz. Jonah se levanta y avanza, yo retrocedo. No quiero que me toque y ese también es mi más profundo deseo.

—Pensé mucho anoche y- y yo no quiero otra cosa que irme contigo —se relame los labios y frunce las cejas.

Patético. Chiflado. Encantador.

 Encantador

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𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐬 𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐰𝐞 𝐞𝐧𝐝 | 𝐣𝐨𝐧𝐚𝐡 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora