20 - ,, frances

10 4 0
                                    




𝟐𝟎 - ,,

𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐞𝐬

Me siento bonita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me siento bonita. Llevo un vestido largo de flores verdes sin mucho vuelo de botones que van por todo su largo y unas medias negras debajo. Me puse una camiseta blanca de cuello de tortuga y ahora que lo pienso un poco mejor se que me veo ñoña. Llevo botas negras altas y una gabardina gruesa con un poco de peluche falso en las solapas. Me he dejado el pelo rojo suelto y lacio y me he puesto una boina, y aunque la señora Dupont me dijo que no trajera nada pasé por la tienda y tengo un vino en las manos.

Me abre Monica. Esta es la peor situación de todas, incluso peor que Jonah. La miro, es mucho más pequeña que yo. Al menos dos cabezas más baja.

A pesar de que vine a la ciudad a su fiesta de compromiso, no he hablado con ella en mucho tiempo. Desde antes de que Jonah me engañara.

—Elif —me dice, completamente sorprendida y desganada. Probablemente sus padres no le dijeron que venía—, Que... que bueno verte. No había tenido tiempo de saludarte con todo lo del... compromiso.

Habla lentamente. Procura no decir nada que me lastime cuando su mera presencia es lo que me hace sentir miserable. Pero ni siquiera es culpa suya, ni siquiera me puedo encontrar cerca de odiarla.

Jonah la ama (o amó, ahora no estoy segura) y eso no es un crimen. Si, supongo que me traicionó, eramos amigas. Pero eso tampoco es un crimen. No puedo odiarla, porque es todo lo que a veces deseo ser: es graciosa, eléctrica y vivaz. Es como una joven y yo me siento como una anciana. Es amable y es hermosa. Sus labios son perfectos y están teñidos de guinda y sus ojos son brillantes. Lleva un vestido más corto que el mio con medias blancas y sandalias de casa. Sus rizos castaños adornan su cabeza y lleva un collar de perlas.

Hace algo que no espero: me da un abrazo frío y estático, sin mucho cariño de por medio.

—Es bueno verte. —le digo. Es la mitad de una mentira.

Me hace pasar, dejo mi abrigo porque está encendida la chimenea.

—Hace mucho frío para que sea solo Noviembre —intenta sacarme platica, pero yo solo le doy la razón. Me da una mirada compasiva que me hace querer matarla y luego se va hacia la cocina. Vuelve con su madre.

—¡Elif! Que hermosa te ves hoy. Estaba terminando el postre para la cena, es creme brulee —a veces olvido que los Dupont son franceses de verdad y es que me he acostumbrado al acento.

Increíblemente, yo fui la que le enseñó Neerlandés a la señora Dupont y un poco a Monica cuando éramos más jóvenes y más felices. Aún así, la señora prefiere no hablarlo a menudo que sea necesario y se dirige a todo el mundo en inglés, como justo ahora.

Mis padres hicieron lo mismo con Jonah. Se vieron forzados a hablarle en inglés y lo amenazaron con que tenía que aprender el idioma si quería ser un Van Dijk de verdad.

Ahora solo quedan recuerdos.

Ahora solo quedan recuerdos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐬 𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐰𝐞 𝐞𝐧𝐝 | 𝐣𝐨𝐧𝐚𝐡 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora