03 - ,, en nuestra primera cita

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𝟎𝟑,,

𝐢𝐧 𝐨𝐮𝐫 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐝𝐚𝐭𝐞

En nuestra primera cita, Jonah me llevó a la playa; yo ya le había dicho lo mucho que me gustaba el mar, y su olor, y el sentimiento de la arena entre los dedos

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En nuestra primera cita, Jonah me llevó a la playa; yo ya le había dicho lo mucho que me gustaba el mar, y su olor, y el sentimiento de la arena entre los dedos. Pero me llevó de noche, porque también le había dicho que era un animal nocturno, que prefería dormir de día y disfrutar de la luna y las estrellas. No nos besamos esa noche. No queríamos. Yo no lo conocía bien y él quería tomarlo despacio. Eso me gustó mucho.

El día siguiente yo iba a clases cuando Jonah me detuvo en el pasillo. Tenía las manos detrás de su espalda: escondía algo. Lo miré con una ceja alzada.

—¿Ya me extrañas, Frantzich? Solo han pasado un par de horas.

Pero no me contestó, solo me miró con una sonrisa de emoción.

Me regaló seis tulipanes. Soy de los países bajos y los tulipanes son vistos como parte de nuestra cultura, son como la flor nacional. Significó mucho para mí: hacía mucho tiempo que no los veía. Me recordó a mi casa.

Con eso fue suficiente para que me diera cuenta que él no era un chico cualquiera. No era como todos los chicos con los que me había topado en mi estadía en California. No quería tener sexo conmigo y luego dejarme varada. Era alguien profundo, solo necesité ver la manera en la que miró al reflejo de la luna esa noche para darme cuenta de eso.

Pero ahora, en este momento exacto, estoy llorando en el suelo, con el cabello alborotado mis botas altas aún permanecen en mis pies mientras me deshago dentro de la bañera vacía. Y en este momento sé que Jonah no es así, no del todo. No puedo decir que es una horrenda persona, porque no es verdad. Jonah si es maravilloso, si es profundo y si es el hombre de mis sueños. Solo que ya no es mio. Y ha hecho algo terrible que no le puedo perdonar. Porque tengo dignidad, aunque solo sea una poca.

 Porque tengo dignidad, aunque solo sea una poca

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𝐡𝐞𝐫𝐞'𝐬 𝐰𝐡𝐞𝐫𝐞 𝐰𝐞 𝐞𝐧𝐝 | 𝐣𝐨𝐧𝐚𝐡 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐢𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora